raval

Un eclipse solar en pleno Raval

Se hizo de noche ayer a pleno sol en Sónar. Un hombre encapuchado, vestido de negro se balanceaba sobre sus máquinas. Ráfagas de humo blanco envolvían la fragilidad de unas voces disparadas como si fueran aerosoles. Un ritmo de mazazos y estridentes cuchillas se mecía al compás de algo así como las campanas de una catedral. Así suena la bruma sonora del inglés y hermético Holy Other, uno de los principales artistas del pequeño sello Tri Angle, que se adueñó en la tarde de ayer de la programación del escenario del MACBA. Y lo que propuso es un asunto oscuro, lento y espiritual. Algunos lo llamaron en su momento witch house o drag. Pero el invento, que trasciende ya claramente a esas etiquetas, lleva meses tiñendo la electrónica actual de una tiniebla espiritual con bandas como Salem, Balam Acab o How to dress Well. Ayer Sónar, entregándoles un espacio para ellos solos, otorgó a esta corriente el certificado de madurez.

Cuando Genet se prostituía en el Raval

El balcón, de Jean Genet, se desarrolla en un burdel de lujo, donde los tipos más vulgares van a materializar sus fantasías más secretas: ser un juez, ser un general o ser un obispo. Ermitaños que se introducen en las cáscaras vacías de los personajes que quieren ser, las usurpan y viven dentro. En 1974, cuando Ángel Facio quiso llevar la obra a las tablas, era políticamente incorrecta, y «muy cara», le espetaban. Un hombre y su sueño. Ángel Facio y El balcón. En 1974 «no estaba el horno para bollos, ni los rabanitos para sutilidades». Resultaba, pues, no políticamente adecuado escenificar la...
Entrando en la página solicitada Saltar publicidad