
-¿Qué lleva a un ateo confeso como usted a realizar una película al estilo Moretti sobre el proceso de elección del Papa?
-Hay muchos momentos en la vida en los que envidio a la gente que cree, porque pienso que la fe puede ser muy reconfortante. No suscribo la frase de Buñuel: «Gracias a Dios, soy ateo». Es cierto que lo soy, pero me disgusta y estoy cabreado por serlo.
-También insinúa en su película que los actores están muy «unidos» a las depresiones y al estrés. ¿No se fía de ellos y por eso protagoniza la mayor parte de sus películas?
-No, nada de eso. Para empezar, hay varios grados en...