Opinión
Nuestra memoria –especialmente nuestra memoria histórica– es frágil, muy frágil. Nuestro cerebro mantiene una vívida imagen de los acontecimientos recientes, imagen que puede llegar a provocar en nosotros un hondo sentimiento de indignación, por ejemplo los recientes bombardeos de Israel sobre Gaza. Pero tras un corto periodo de tiempo comenzamos a olvidar y a confundir los hechos, los actores y, o las causas, hasta tal punto que ya no recordamos bien si Israel bombardeó Palestina, si fue a la inversa o si los palestinos se lo tenían merecido. Si el lapso de tiempo es mayo, sencillamente, lo olvidamos por completo ¿Quién se acuerda ya de Iraq, del señor Bush y de aquel otro bigote?¿Quién se acuerda ya si el Bigotes era el bigote de aquel otro que no recordamos o el personaje ese que arrimaba maletines, trajes y corbatas a los señores del PP?