El Nàstic de Tarragona llegaba este domingo al partido frente al Sabadell sumido en una crisis total, colista de la Segunda División. No había conseguido ganar ni un partido y, con siete goles a favor, era el equipo menos efectivo de toda la categoría. Para colmo, el club había sufrido un pequeño terremoto esta semana, cuando la directiva despidió al entrenador, Juan Carlos Oliva, y al director deportivo, Josep María Nogués. En su lugar, se contrató a Jorge D'Alessandro (Buenos Aires, Argentina; 1949) para dirigir al equipo. "No podemos bajar del caballo en mitad del río", fue el mensaje que transmitió el técnico en su presentación. Este domingo, lo cumplió al dedillo: el Nàstic consiguió su primera victoria a lo grande, goleando (5-0) al Sabadell, que solo había perdido dos partidos hasta ahora, y ya suma siete puntos, uno más que el Huesca. En Tarragona ya esperan un nuevo milagro de D'Alessandro, que hace dos campañas consiguió salvar al Salamanca de la 2ªB en un final de temporada tan brillante como emocionante.

Tardarán en olvidar los tiffosi del Lecce, modesto equipo de Salento, el último episodio de su equipo frente al todopoderoso Milan, actual campeón del calcio, un coloso ultracompetitivo que rubricó en el estadio Via del Mare un acto de fe descomunal. Son los rossoneri una entidad acostumbrada a los grandes desafíos, a los retos superlativos como el que le propuso en su última cita el cuadro de Eusebio Di Francesco, capaz de maniatar a las estrellas milanistas y someterlas durante 45 minutos, pero que en el segundo periodo cayó como un castillo de naipes cuando entró en escena, como un torbellino, Kevin-Price Boateng. Se desmelenó el ghanés, de inicio en el banquillo, y sembró la remontada del Milan con un triplete demoledor que descompuso al Lecce, apuntillado finalmente por un gol de Yepes.

Un enrabietado Tenerife consiguió un agónico primer triunfo (1-0) ante un meritorio y tenaz Elche. La entrada de Natalio fue clave porque marcó en el minuto 79 cuando sólo llevaba tres minutos sobre el campo. Leer

Ah, mala cosa cuando el mundo se nos pone del revés. Habríamos imaginado para anoche una tórrida velada veraniega, sudorosa y de exaltación futbolística, pero las 44.000 almas que acudieron a su cita con los británicos Muse tuvieron que recurrir a la chaquetita bajo el brazo, otear ese cielo chuchurrio que nos estrangula en la capital y lucir los semblantes mustios, tal que si a todos nos hubieran partido la cara como a Gerard Piqué. Las gradas no parecían a las nueve una fiesta, sino la antesala misma del purgatorio. Pero todo cambió a partir de las 22.18, así que le habremos de agradecer siempre a Matthew Bellamy que ayer nos sometiera a una expeditiva terapia de rock, melodrama, adrenalina y decibelios.

Segunda B

Manuel Agudo Durán, conocido futbolísticamente como Nolito, aseguró en julio de 2007, cuando firmó por el Barça, ser "un mediapunta". Tras un año irregular, de adaptación a un nuevo sistema y a una nueva demarcación, la de extremo izquierdo, Nolito se erige ahora en el revulsivo de un Barça Atlètic que suma cinco victorias y un empate en las últimas seis jornadas y, tras ocupar puestos de descenso, ya figura a sólo cuatro puntos del 'play off' de ascenso.

A Nolito, que suma ya cuatro dianas, le sale todo. Desborda, asiste y ve puerta con facilidad. "Es una cuestión de confianza. He tenido problemas personales, como la muerte de mi padre, y ahora la estoy recuperando gracias al mister y a que cada día me salen mejor las cosas", dice el gaditano, que asegura que "aún puedo hacerlo mejor, he alcanzado mi mejor nivel en el Barça, pero no el mejor de mi etapa en el Écija", uno de sus anteriores equipos junto con el Sanluqueño y el Valencia B. Pese al extraordinario momento que atraviesa tanto el filial como él mismo, no quiere ni pensar en 'play offs' ni en un posible salto al Camp Nou: "Lo que tenga que llegar, llegará. Sobre todo trabajando". Lo que sí tiene claro, pese al interés de algunos equipos como el Betis, es que acabará la temporada en el Miniestadi. "Mi ilusión es subir y poder triunfar en el Barça, y es lo que intentaré".

Quien más se ha beneficiado de su estado de gracia es Luis Enrique, quien tras encadenar un nuevo triunfo ante el Espanyol B, con gol de Nolito, analizó la enorme mejoría del andaluz. "Aquí juega pegado a la banda y en el Écija lo hacía por detrás del punta. No es fácil para los nuevos habituarse al sistema y a la exigencia del Barça, pero ahora ya se ha adaptado, ha bajado de peso y su rendimiento ha crecido muchísimo", comenta el técnico, que destaca "su técnica y su gol", pero sobre todo "que lo intenta siempre". ¿Qué debe mejorar? "La definición. Con un poco de pausa en la zona de finalización progresará muchísimo"

El nuevo base del Khimki fue una pesadilla para Spanulis.