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«Yo era un niño marginal que leía a Baudelaire, Verlaine, Rimbaud»

Plinio Apuleyo Mendoza era un niño marginal que leía a Baudelaire, Verlaine, Rimbaud en un mundito de muchacho pobre, que ahora rememora en su novela «Entre dos aguas» (Ediciones B). Despertó en París, asistió al debate entre Camus y Sartre, vio películas, admiró a artistas y esa mirada le abrió un mundo distinto a aquel munditoque padeció. Era como una liberación. Muchos años después, frente al general invierno de Alemania Oriental en 1956, muerto de frío, hambre y sueño junto a su amigo Gabriel García Márquez, se durmió en una autopista. A la mañana siguiente, Gabo le despertó: «Oiga, maestr...
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