- viernes 29 marzo 2024
A Chygrynskiy no le sienta bien el blanco. En su extraño 'debut' bajo la lupa de toda la familia azulgrana, el que debe ser el prometedor refuerzo que necesita este Barça para apuntalar su defensa realizó lo que se supone fue un partido mediatizado por la extraña situación que le ha tocado vivir en esta Supercopa de Europa. El defensa ucraniano debía disputarle el título a quienes a partir de este martes serán sus compañeros. Anoche Pep ya lo dio por fichado.
¿Cómo estar concentrado, cómo no admirar a Messi y desearle darle un pase en lugar de una patada? Complicado. La peor sensación, sin embargo, no fue tanto lo que 'Chygro' hizo como lo que dejó de hacer. Hasta el minuto 87 no cruzó el medio campo y, de hecho, apenas perdió la posición como un 'líbero' a la antigua, de esos que cerraban pero que nunca salían con el balón.Ni una sola vez Chrygrynskiy construyó el juego de su equipo, ni una. No salió con el balón mirandio hacia adelante, ninguno de sus compañeros le buscó para que diera el pase de creación. Nada.
Al contrario, cedió cinco veces la pelota a su portero, apenas entró en juego desde atrás y pareció rehuir la posibilidad de dirigir, sea porque esta era su consigna ayer en el Louis II o porque la presión azulgrana no se lo permitió. Su último partido con el Shakhtar estuvo más cerca de ser su primero como azulgrana.
Inhibición y ausentismo
Las veces que intentó anticiparse cuando le vino Messi de cara ni vio al argentino, aunque si salió a taparlo muchas veces muy arriba para evitar que se diera la vuelta, algo que Lucescu consideraba clave para evitar que su defensa fuera maltrecha por la delantera azulgrana. Esa fue su misión más destacada. Pasó mal en la distancias medias, fatal en las largas, que debía ser una de sus más sofisticadas prestaciones, y cumplió en corto. En los saques de esquina invariablemente se ocupó de las subidas de Gerard Piqué, quien ciertamente no tuvo opciones de remate, bien vigilado.
En conjunto, fue su inhibición y ausentismo, tanto más perceptible en un partido largo e intenso del sistema defensivo del Shakhtar, lo que causó una desalentadora primera impresión del fichaje ucraniano, el primero de la historia del Barça.
Sorprendió, como queda dicho su nula participación en la fabricación. casi como una actitud de renuncia que nada tuvo que ver con su papel en las eliminatorias que jugó contra el Barça. El peor detalle, un balón que echó a la banda sin la menor intención de jugarlo. Con Guardiola a su lado mejorará, sin duda. Anoche, las circunstancias jugaron demasiado en su contra