José Luis Sampedro. Escritor y Economista. Cree que el mundo está en la era del desconcierto y que va hacia otro modelo. La única salida es la educación y el pensamiento
Este es mi despacho". Se deja caer en su sillón orejero y se arrima una mesa estrecha. A su izquierda, la cristalera de un gran balcón ilumina a José Luis Sampedro en una mañana fría y soleada. Esta mañana se ha levantado removido. Será Madrid, la ciudad en la que vivió la degradación del país con el franquismo: demasiado ruido, ajetreo y prisas. Prefiere la tranquilidad de la capital de la Costa del Sol. Alarga el brazo y saca una tabla roída, rallada, con los cantos rodados, y suave como la piel curtida. Es la "tabla del náufrago". Por el aspecto ha debido de salvar a Sampedro en muchas ocasiones. La coloca sobre la estrecha mesa, se la arrima al vientre. Sobre ella han corrido las manos del humanista cargadas de ideas y tinta desde hace décadas. "Tuve una época en que lo intenté con el ordenador, pero no simpatizamos", elegante, abre con una sonrisa esta conversación en los días de vaivén.