Izquierda, por supuesto
Reto, esperanza, ilusión y seguridad, estas son las palabras en las que pienso cada vez que alguien en estos momentos me nombra al partido por el cual he entregado, de una manera demasiado intensa y al igual que otros compañeros y compañeras, una parte de mi vida. ¿Cómo podría ahora contribuir a destruirlo si lo que más quiero en mi vida, que es mi hija, ha pasado su infancia entre discursos, asambleas, barriadas y ejecutivas? ¿Cómo podría contribuir a destruirlo si he logrado ser mejor persona gracias a los valores que hemos ido conjugando con cada una de las propuestas, medidas y reivindicaciones realizadas por los integrantes de un partido histórico como el PSOE?