tontería
Opinión

Esa tontería de que los extremos se tocan

- Creo que hasta el mismísimo Nicolás Maquiavelo me daría la razón si afirmo que, en política, lograr que la población vea a tu oponente como la quintaesencia del mal es infinitamente más eficiente que cualquier mitin.

La tontería del verano

Yo no sé si me estoy volviendo loco. El verano puede haber derretido el seso de más de uno, aunque no parece motivo suficiente para ponerse delante de los micrófonos de los medios de comunicación y adornar los espacios informativos con necias frases tintadas de una irresponsable frivolidad.

Hay muchos casos, pero probablemente el mejor sea el de Dolores de Cospedal, que primero acusa a un Gobierno de ordenar un espionaje a su PP y que igual dice que las pruebas las tiene que presentar el Gobierno (¡¡¡¡la parte acusada!!!!) o que la mismas pueden encontrarse en las páginas de los medios. Es cuando menos asombroso.

También está esto que la Moncloa califica de medidas estrella para la crisis y que no dejan de ser meros golpes mediáticos que, por raro que parezca, se vuelven contra ellos cual bumerán. Dicen los aborígenes que inventaron tal utensilio que si se lanza mal, vuelve pero con una ración extra de mala leche. Y eso parece que le ha pasado a ZP en plenas vacaciones. 400 euros al mes para los parados son la panacea de la innovación económica, el revulsivo que necesita una crisis, y a los tres días de aprobar la norma, dicen que será estudiada para su mejoría. Es demencial.

En un plano local y por tanto no menos cómico, tenemos a un gobierno local de Ceuta que sale al rescate de un equipo de fútbol, eterno aspirante a la Segunda División A. No será suficiente para la AD Ceuta la ayuda de 1,5 millones anuales que recibe, que ahora necesita un plan de saneamiento pagado por la ciudadanía cuyo nombre lleva con orgullo por los campos de España. Y todo porque a algún que otro dirigente se le ha puesto entre lente y bigote que Ceuta sea una ciudad de Segunda. En términos de gestión, bien sea empresarial o pública, alimentar un pozo sin fondo no deja de ser una irresponsabilidad siempre y cuando no esté destinado al beneficio general de los ciudadanos. Creo que un equipo de fútbol no es una necesidad por mucho que el populismo descontrolado domine la escena política local y nacional.

Por cierto, el plan de saneamiento de la AD Ceuta obliga al club a tener superávit en 2010, una realidad difícil de encontrar en Primera y Segunda y que, en la Segunda B, es tan utópica que suena a cachondeo generalizado.

Cuentan las malas lenguas que los directivos del equipo utilizaron, hace no mucho, cierto argumento para fichar a un jugador: "vente para Ceuta, que cobrar, vas a cobrar seguro porque nos financia el Ayuntamiento". Un club que tiene casi dos millones de euros en deudas -según Juventudes Socialistas- andaría jactándose de que los dineros del contribuyente van a estar siempre ahí, dispuestos a pagar las pésimas gestiones que algunos quieren vender como ejemplo de comportamiento. No hace falta visitar Dinamarca para oler a podrido.

Alguien le está colando un gol a todos los ceutíes y encima a sus espaldas, porque dicho plan de saneamiento se ha aprobado y firmado sin que la población tenga derecho a saberlo. Nadie informó de ello y pocos se han enterado. Ni siquiera los miembros del gobierno. Al menos, días después de aprobarlo, la portavoz del Gobierno decía no recordar el asunto. Vivir de la política no debería ser sinónimo de burlarse de la gente, ¿no creen?

Tontería diplomática

Una visita de la princesa Ana of England a Gibraltar ha provocado una reacción diplomática desde la Moncloa. Hemos expresado al décimo de Downing Street nuestro profundo malestar por que la visita, creemos, llega en un momento inadecuado. Eso se lo decimos a uno de nuestros mayores aliados y cuyo primer ministro, nos ha invitado a Londres para reinventar el capitalismo.

Definitivamente, somos idiotas. Lo somos porque reclamamos un pedazo de tierra entregada por tratado, aquel papelito que se firmó en Utrecht y que supuso entregar el peñón por no saber ocuparnos de nuestros asuntos en su día. Corre el año 2009 y todavía estamos exigiendo que se nos devuelva una soberanía que ni siquiera los propios gibraltareños desean. Nuestro Gobierno se encarga de poner un titular en los medios de comunicación porque una princesa, guste o no, visita un territorio de forma legítima.

Y todo esto lo digo viviendo en Ceuta, un territorio que Marruecos reclama con el mismo e inconsistente argumento que nosotros esgrimimos ante Londres. Antes de llegar a esta ciudad del norte de África no sabía si me iba a encontrar con una colonia o con un territorio invadido. Casi un año aquí me da para pensar que se trata de una ciudad española y punto. La única diferencia con Teruel es que aquí hay una frontera y que en lugar de amantes aquí tenemos mucha población de origen marroquí. Ceuta tampoco es una colonia, cosa que Gibraltar sí que es. El concepto del colonizado y la metrópolis supone aceptar un beneficio económico del pez grande gracias al chico. Mientras Gibraltar sí que da dinero a las arcas del Reino Unido desde su condición de paraíso fiscal, Ceuta aporta bien poco. Es más, mantener a Ceuta le cuesta pasta a España. Gran parte del presupuesto de la ciudad lo aporta el Estado. Y las inversiones también.

Si nos molesta profundamente que Ana visite Gibraltar estamos diciendo que Marruecos opina coherentemente cuando se enfada porque los Reyes pisan las ciudades autónomas. Estamos diciendo que si reclamas un territorio puedes protestar cuando un representante viaje a un territorio legítimamente propio. Aunque no tengas razón. En definitiva, estamos poniendo a la misma altura a España (de la UE, señores, no lo olvidemos) y Marruecos. Bravo. Estamos opinando que sus posturas diplomáticas utilizan los mismos métodos que los nuestros y encima nos parece estupendo. Queda claro que la coherencia en política exterior no es nuestro fuerte.
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