tweedy

Enorme Jeff Tweedy

Silencio sepulcral, como de reverencia, para atender a los movimientos de Jeff Tweedy en el escenario de Puerta de Ángel. Silencio salvo en los prolegómenos, claro: los transistores eran un bien muy codiciado y nuestro caballero de Illinois tuvo la delicadeza de no comparecer en escena hasta que el árbitro Kassai puso fin al partido. Hizo bien Tweedy en conceder esos minutos de cortesía; la pasión por su música es compatible con la furia balompédica y lo que parecía una cita desoladora terminó derivando en fiesta mágica para más de 900 asistentes. Los seguidores de este trovador siempre son minoría, pero inmensa y muy docta.

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