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El Pórtico como lo vio el Maestro Mateo

Azul, rojo, amarillo, verde y dorado. El Pórtico de Mateo fue un atrio colorido y brillante de cuya policromía se conserva, bajo el polvo y la humedad, un 10%. Hay capas de varias épocas, algunas fieles a la original y otras, como una del siglo XVI, que actualizaron los ropajes con estampados cargados de flores de lis. Desde el día 2, la Fundación Barrié de la Maza, que lleva a cabo el programa de restauración de este conjunto escultórico, abrirá al público la muestra interactiva Pórtico de la Gloria virtual, en la que se podrá "volar" sobre las figuras, entrar en los recovecos, verlo todo en tres dimensiones y sin la suciedad que lo cubre. La Universidade de Santiago creó aplicaciones informáticas a partir del escaneado del Pórtico y las investigaciones del último año. Se puede, incluso, escuchar el sonido de los instrumentos de los ancianos. En los próximos meses, la Barrié planea recrear por ordenador, basándose en los restos de pigmento, aquellos que "podrían haber sido" los colores del Pórtico. De momento, lo ha hecho con el pantocrátor.

El pintor que vio un cuadro negro

El pintor de los colores vivos -azules y verdes-, de los soles majestuosos y las formas redondas en unos lienzos que transmiten fuerza y optimismo, no ha sido capaz de empezar uno nuevo desde el terremoto del 12 de enero . "Seis días antes me desperté y le dije a Chantal [su esposa]: 'He visto un cuadro negro. Algo terrible va a pasar". Durante esa semana, Exil Levoy, el representante vivo más destacado de la escuela haitiana de Saint Soleil, trazó las formas de uno sombrío y después lo inundó de morados, un color extraño en él. "Cuando la tierra tembló y todos estaban asustados, yo me encontraba tranquilo. Tengo una pierna dañada desde hace años y no puedo correr. Además sentí que mi hora no había llegado".

Y vio Gallardón que lo que había hecho (en Sol) era bueno

"La verdad es que es otra cosa", proclamaba hoy el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, tras recorrer la casi remozada Puerta del Sol, "un símbolo lleno de símbolos", en la que el Ayuntamiento ha empleado cerca de 4,7 millones del PlanE para hacer peatonal el 83 por ciento de la plaza.

Aún falta alrededor de un mes para que acabe la obra, porque hubo que esperar a que Fomento terminara su estación de Cercanías, como ha destacado el alcalde, pero la plaza del kilómetro 0 y de las campanadas, a la que mira el despacho de la Presidencia de la Comunidad, se parece ya mucho a lo que el Ayuntamiento de Madrid proyectó.

Sol es ahora mismo paradigma de Madrid: ha estado largo tiempo en obras pero pronto -a finales de noviembre en su caso- será muestra de la ciudad "a la escala de los ciudadanos" que su alcalde dice perseguir.

Todavía quedan algunas vallas, las cabinas no tienen teléfonos y aún queda algún quiosco de diseño desfasado que habrá que retirar, pero las esculturas del Oso y el madroño y de la Mariblanca ocupan ya sus nuevas ubicaciones y la placa del kilómetro 0 ha sido sustituida por otra nueva después de 59 años y ha sido dada la vuelta para que pueda leerse desde la acera.

Aún sigue junto a la estatua ecuestre de Carlos III, el mejor alcalde de Madrid, el cartel que informa de que la reforma ha sido pagada por el Estado, pero los viajeros del Metro y de las cercanías salen ya del subsuelo por los nuevos accesos sin tener que esquivar las zanjas.

Aunque las cuatro grandes farolas modelo Príncipe Pío aún se están fabricando, a lo largo de la plaza lucen ya las 22 más modestas del modelo Princesa y prácticamente todo el solado de granito, que da la impresión de que la plaza es más grande, se encuentra ya a los pies de madrileños y turistas.

Entre estos y otros "muchos detalles de extraordinaria calidad y buen gusto", se ha paseado esta mañana el alcalde redescubriendo el centro de la capital, ha confesado, con los ojos del peatón.

Ruiz-Gallardón ha querido ponerse a la altura del momento y ha declarado que "el sol de la Puerta del Sol va a ser a partir de este momento el reflejo del alma de los madrileños" y su delegada de Obras, Paz González, no se ha quedado atrás y ha afirmado que ahora "el único ritmo de la plaza es el de los pasos de los viandantes".

Y es que por esta plaza de Madrid, hasta hace no mucho atestada de coches, ya sólo pasan de día los taxis y los vehículos autorizados y sólo lo hacen en una dirección, desde la calle Mayor a la carrera de San Jerónimo, porque el resto está peatonalizado.

En concreto, el espacio peatonal de la Puerta del Sol ha pasado de 6.681 metros cuadrados a 10.466, conectados directamente con las calles peatonales de Arenal, Preciados, Carmen y Montera. Como ya anunció el alcalde, en la Puerta del Sol no hay árboles, pero sí hay nuevos bancos, aparcabicis, jardineras colgantes y bolardos.

"Se ha hecho, se está haciendo un trabajo magnífico", ha presumido el alcalde, que ha señalado que este "epicentro del corazón de Madrid", escenario del 2 de Mayo o de la proclamación de la II República, "potencia ahora su habilidad para proyectar lo que somos: una ciudad que, sin renunciar a su pasado, se asoma al futuro facilitando el diálogo entre la persona y su entorno".

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