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Lío en White Hart Lane

No fue la noche de Bas Nijhuis, el colegiado holandés que dirigió el duelo entre Tottenham y Paok de Salónica, decisivo para el grupo A. Los helenos salieron al campo en combustión y al cuarto de hora ya contaban con dos goles. El Tottenham parecía incapaz de reaccionar hasta que llegó una inesperada ayuda arbitral. Nijhuis concedió a los ingleses un penalti por una mano inexistente de Stafylidis y expulsó al defensa en la recta final de la primera parte. Modric anoto desde los 11 metros. La segunda parte se convirtió en un asedio de los ingleses y en uno de los arreones de los spurs el lío arbitral fue aún más evidente. Un defensa griego salvó un disparo sobre la línea de puerta y Defoe, intentando rematar a puerta, cometió falta clara sobre el rival, que se quedó tendido en el suelo. Pero ni árbitro ni los auxiliares -en la Europa Liga hay también detrás de las porterías- señalaron nada y dejaron proseguir la jugada. El balón, entonces, volvió a los pies de Defoe, que finalmente marcó. Una jugarreta de mal deportista, legal [si no se concede la falta] a todas luces. Pero cuando White Hart Lane celebraba el empate, Nijhuis volvió sobre sus pasos y decidió anular el tanto. A los asombrados jugadores del Tottenham les explicó que no había escuchado las comunicaciones de su asistente. Finalmente, el Paok se llevó la victoria (1-2) y la clasificación.

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