- viernes 29 marzo 2024
El expresidente asegura que su retorno es "una victoria de la democracia de América Latina"
Miles de personas se acercaron ayer al aeropuerto de Tegucigalpa para dar la bienvenida al expresidente hondureño, Manuel Zelaya, que regresó anoche al país, de donde fue expulsado en junio de 2009 por un golpe militar.
El Congreso de Honduras rechazó hoy la restitución de Manuel Zelaya por una holgada mayoría, en una decisión que el depuesto gobernante calificó de "vergüenza" y que le deja sin opción de volver al poder en el marco del Acuerdo San José-Tegucigalpa.
"Esa sesión del Congreso es una vergüenza para Honduras, porque la mayoría de los diputados golpistas ratificaron el golpe contra el presidente constitucional", indicó Zelaya en una carta difundida poco después de que 111 de los 128 diputados del Congreso votaran en contra de su restitución, 14 a favor y 3 se ausentaran.
Zelaya dijo a Efe que "el pueblo hondureño debe saber que la mayoría de los diputados que han ratificado su delito son cómplices, son confesos, que están de acuerdo con la sangre que se derrama de mártires".
La sesión, que se prolongó durante más de ocho horas, se realizó mientras la policía impedía el paso hasta la sede del Legislativo, y con cientos de seguidores del presidente depuesto en las inmediaciones y que se retiraron sin incidentes antes de que concluyera la votación.
"¿Qué sigue ahora? Pues me mantengo todavía en la Embajada de Brasil luchando por la condena a la dictadura y ahora también contra el fraude electoral que se hizo el domingo. Las elecciones no representan una salida para el país", dijo Zelaya.
"Además, le ratifico al pueblo y la comunidad internacional que mi lucha es pacífica y continúo con mis principios democráticos", agregó.
Más de un mes después de la firma del Acuerdo Tegucigalpa-San José como solución a la crisis, tras unas elecciones que la mayor parte de la comunidad internacional no reconoce e, incluso, con un retraso de tres horas sobre la hora prevista, el Congreso hizo lo establecido en el pacto firmado el 30 de octubre.
El primer paso de la sesión fue la lectura de los informes pedidos al Ministerio Público, la Procuraduría, la Corte Suprema y la Comisionado de Derechos Humanos sobre la situación de Zelaya.
Luego, sin que las bancadas analizaran sus opiniones por separado y con la junta directiva del Congreso, como se había anunciado, arrancó la votación, que los diputados hicieron de manera individual y a viva voz, en algunos casos con largas intervenciones.
Antes, el Partido Nacional, considerado la clave en la votación, había anunciado públicamente que sus 55 diputados votarían en contra de la restitución de Zelaya.
"Yo respaldo lo que el Congreso decidió esta noche (...), respeto la decisión del Congreso", dijo a un canal local Porfirio Lobo, del opositor Partido Nacional y ganador de las elecciones del domingo, que no reconoce la mayoría de la comunidad internacional al considerar que se realizaron en un marco de ruptura constitucional.
En el Parque Central y con el Congreso a la espalda de la primera línea de policías, cientos de seguidores se manifestaron en reclamo de la restitución de Zelaya sin que se produjeran incidentes.
La vicecanciller de Zelaya, Beatriz Valle, había adelantado hoy en declaraciones a Efe que consideraba "descabellado" pensar que "los mismos que dieron el golpe contra el presidente vayan a decir que cometieron un error".
Zelaya había anunciado que no aceptaría su restitución ya que sostiene que el Acuerdo Tegucigalpa-San José fue roto por el Gobierno de facto por no determinar su regreso al poder antes del 5 de noviembre, fecha para la que estaba prevista la formación de un Gobierno de unidad que Micheletti decidió formar unilateralmente.
Por su parte, Micheletti regresó hoy a la Casa Presidencial, de donde se mantuvo "ausente" desde el pasado 25 de octubre, para afirmar que Zelaya ya es historia pero que iba a aceptar la decisión que tomara el Congreso.
"Creo que ya es historia porque ya el pueblo (...) dijo que no está de acuerdo con la posición de él de intentar (...) boicotear las elecciones", dijo Micheletti en alusión a los comicios del domingo, cuya participación las autoridades electorales sitúan sobre el 60 por ciento y los seguidores de Zelaya por debajo del 40 por ciento.
El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, quien hoy cumple cinco meses de haber sido derrocado, dijo a Efe que "no es cierto" que esté "pidiendo asilo en Brasil, ni en otro país".
"No es cierto que yo esté buscando asilo político", enfatizó Zelaya en una entrevista telefónica desde la Embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde permanece desde el 21 de septiembre pasado y exige que se le restituya en el poder.
El diario brasileño O Estado de Sao Paulo informó hoy de la posibilidad de que Zelaya estuviera pensando en exiliarse en caso de que finalmente no recupere el cargo antes de que el candidato vencedor de las elecciones de mañana asuma el mandato.
"Esa es una especulación, no soy un improvisado, tengo 35 años de lucha, no tengo tiempo ni espacio para eso, he escogido una posición que es defender un derecho del pueblo, no a mi mismo", expresó el gobernante derrocado.
Zelaya también se refirió a las elecciones de mañana en su país, que rechaza por considerarlas "ilegales" y culpó a Estados Unidos y al régimen de facto que preside Roberto Micheletti de haberse puesto de acuerdo para dejarle fuera de la contienda electoral.
"Las elecciones no cambian nada, sigue el golpe de Estado en Honduras, estas elecciones son ilegítimas y mañana los resultados del pueblo son que el 50 por ciento no va a participar en el proceso", aseguró.
Dijo además que cuando se conozca el resultado de las elecciones, "que serán un fracaso", entonces "Estados Unidos tendrá que venir a reconocerlas y a rectificar su posición ambigua" sobre el golpe de Estado en Honduras.
Agregó que no pueden ser transparentes unas elecciones que no serán observadas por la Organización de Estados Americanos ni las Naciones Unidas.
Según Zelaya, a él se le ha dejado fuera en el proceso electoral, porque sus adversarios saben que hay alcaldes, regidores y diputados que le apoyan y "que están siendo reprimidos por los militares, pero el mundo está guardando silencio ante eso".
El depuesto mandatario consideró además que "la participación de Estados Unidos" apoyando las elecciones "no es creíble".
"Yo siempre seguiré luchando por derrotar esta dictadura", enfatizó Zelaya, quien mañana, mientras se llevan a cabo las votaciones, dijo que estará "ocupado en algunas cosas", que no precisó.
"Mañana no tendré visitas de familiares y amigos porque los golpistas me las han suspendido hoy y mañana", agregó.
EFE
El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, dijo hoy en una carta al gobernante estadounidense, Barack Obama, que ya no acepta "ningún acuerdo" para su restitución en el poder, del que fue derrocado por los militares hondureños el 28 de junio pasado.
A partir de esta fecha, cualquiera que fuera el caso, yo no acepto ningún acuerdo de retorno a la presidencia
"A partir de esta fecha, cualquiera que fuera el caso, yo no acepto ningún acuerdo de retorno a la presidencia", expresó Zelaya en la misiva a Obama, distribuida a la prensa por sus colaboradores.
Aceptar ese acuerdo, sería "encubrir el golpe de Estado, que sabemos que tiene un impacto directo por la represión militar sobre los derechos humanos de los habitantes de nuestro país", agregó.
Zelaya reiteró a Obama que "el Acuerdo Tegucigalpa-San José queda sin valor ni efecto por incumplimiento unilateral del Gobierno de facto" que preside Roberto Micheletti, designado por el Parlamento hondureño el 28 de junio tras el golpe de Estado.
El pacto fue firmado el 29 de octubre pasado por comisiones de diálogo de Micheletti y Zelaya, y entre otros puntos estableció que el Congreso Nacional debe decidir sobre la restitución o no del depuesto gobernante, además de la integración de un Gobierno de unidad y reconciliación nacional.
El Parlamento ha anunciado que debatirá el caso de Zelaya una vez que reciba las opiniones que solicitó a la Corte Suprema de Justicia y otros órganos del Estado hondureño.
Este proceso electoral es ilegal porque oculta el golpe de Estado militar
Zelaya también reiteró sus cuestionamientos al cambio de actitud, según él, que Estados Unidos ha manifestado tras la firma del acuerdo, en el sentido de respaldar las elecciones que se celebrarán en Honduras el próximo día 29 aunque había advertido de que no las reconocería.
"El propio día en que se instalaba en Tegucigalpa la Comisión de Verificación del acuerdo sorprendieron las declaraciones de funcionarios del Departamento de Estado donde modifican su posición e interpretan el acuerdo unilateralmente con las declaraciones siguientes: 'las elecciones serían reconocidas por Estados Unidos con o sin restitución'" de Zelaya, agregó éste en su carta.
"El régimen de facto celebró este cambio y utilizaron estas declaraciones para sus objetivos, e inmediatamente terminaron por incumplir y violar el acuerdo", agregó.
El depuesto mandatario hondureño enfatizó que "la nueva posición de los funcionarios del Gobierno de los Estados Unidos esquiva el objetivo inicial del diálogo de San José, relegando un acuerdo con el Gobierno legítimamente reconocido hacia un segundo plano, y tratando de trasladar este acuerdo hacia un nuevo proceso electoral sin importar las condiciones en que se desarrolle".
"Este proceso electoral es ilegal porque oculta el golpe de Estado militar, y el Estado de facto en que vive Honduras no brinda garantías de igualdad y libertad en la participación ciudadana, a todos los hondureños, es una maniobra electoral antidemocrática repudiada por grandes sectores del pueblo para encubrir los autores materiales e intelectuales del Golpe de Estado", apuntó Zelaya.
El acuerdo del 29 de octubre "fue concebido para implementarse en forma integral y simultánea, pues no se contemplaron como doce acuerdos separados; fue un solo acuerdo con doce puntos, el cual tenía un solo propósito, restaurar el orden democrático y la paz social, y con esto se revirtiera el golpe de Estado, lo que implica el seguro retorno del presidente de República elegido legítimamente por voto popular", señaló.
"Y con esto", añadió, "propiciar un clima de reconciliación nacional y un siguiente proceso electoral constitucional, limpio, con garantías de participación igualitaria y libre para todos los ciudadanos de Honduras".
El presidente depuesto permanece desde el 21 de septiembre pasado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa después de volver clandestinamente a Honduras.