El tren que nunca llega
La Estación de Ferrocarril será, cuando se logre terminar, la nueva sede de la Fundación Premio Convivencia y biblioteca pública, pero hasta llegar a este uso definitivo, el proyecto ha albergado muchas ideas que siguen empantanadas una década después. “Esto ha sido de todo pero no es nada”, resume certera Sonia Cubero, presidenta de la asociación de vecinos de la barriada, hartos de una obra que prometía revitalizar dignificar este barrio periférico en pleno centro de la ciudad autónoma.
“Yo llevo 19 años para veinte y seguimos igual, cuando se empezó a hablar (en 2004 se redactó el proyecto) mi hijo era chiquitito y ahora tiene dos niños”, recuerda la presidenta de la AVV harta hasta del proyecto. “Por mí y por el barrio que lo tiren abajo”, zanja Cubero, “o al menos que quiten la valla o la peguen al edificio y nos pongan acerado alrededor”.
“En octubre, dice”, asegura un trabajador de la obra, ocioso desde hace casi un año. “Nos llevan diciendo que acaba en un año y medio desde hace lo menos 300 años”, ironiza Sonia Cubero, “pero si no empiezan no terminan”, matiza la presidenta de la asociación de vecinos, “esas obras llevan paradas casi desde que empezaron, a mí eso de que vayan peguen dos martillazos y se vayan no me sirve para nada”.