Un siglo después de su construcción y tras una década en rehabilitación (el aniversario fue en julio), el horizonte de la Estación de Ferrocarril sigue sin estar claro. El Gobierno de la Ciudad, cuyo cosejero de Fomento, Néstor García, dijo hace meses que las obras no se veían avanzar porque en realidad lo hacían al otro lado del Estrecho, donde supuestamente se construía la cubierta que se adosará al antiguo inmueble, decidió tramitar un complementario del proyecto original para darle 1,6 millones de euros más a Dragados y terminar de una vez uno de sus agujeros negros más llamativos.

Por esa vía evitaba tramitar un concurso, procedimiento que le genera aversión porque denuncia que alarga los plazos de ejecución y da más problemas de los deseables, y mezclar a dos constructoras en el mismo espacio. Pero hete aquí que ha vuelto a saltar la liebre, ya que los técnicos consideran que solamente se pueden meter 663.000 euros “incluyendo baja de adjudicación y actualización de precios hasta 2016” para pagar gastos de pintura (casi 49.000 euros), la carpintería de aluminio (122.229), solados y alicatados (cerca de 46.000)...

El añadido se soporta en “la imposibilidad de prever por parte de la Administración” esos desembolsos (el de cerrajería rozará los 50.000 euros, el de carpintería de madera los 32.000, el de vidirios los 85.000 y la fontería y aparatos sanitarios, los 15.000) y en la referida "dificultad de separar técnica o económicamente las obras del contrato primitivo sin causar grandes inconvenientes al órgano de contratación o que sean estrictamente necesarias para su perfeccionamiento”. El.plazo que se establece para redactar el proyecto es de un mes y el de ejecución, de otros nueve.

En julio de 2008 se adjudicó a Dragados la ejecución en un año y 22 días y “se emitieron 25 certificaciones hasta junio de 2011”

En 2004 se contrató la redacción del proyecto básico y de ejecución junto con la dirección de las obras con destino a biblioteca. Su presupuesto total ascendía a 5,6 millones de euros divididos en dos fases, 3,4 para la primera sufragados a medias entre el Ministerio de Fomento y la Ciudad Autónoma según un convenio suscrito hace casi once años.

En julio de 2008 se adjudicó a Dragados la ejecución en un año y 22 días. “Tras muchas vicisitudes y paralizaciones temporales entre ellas la aprobación de los modificados”, según recoge el último informe emitido por la Administración local, “se emitieron 25 certificaciones hasta junio de 2011”.

Casi tres años después, la Consejería de Educación y el subdirector general de Arquitectura del Ministerio de Fomento acordaron retomar el planteamiento inicial del convenio y destinar a usos culturales el resultado: sala de lectura, estudio y refuerzo educativo, así como sede de la Fundación Premio Convivencia.

El año pasado se recogió en un informe que la cuantía de las certificaciones emitidas ascendía a 2,2 millones, que la cantidad restante de la contrata sería de 1,1 millones y que la obra necesitaría de medio año, seis meses, para su finalización

En mayo de 2015 se suscribió un acta de comprobación de replanteo para la reanudación de las obras con alegaciones de Dragados que derivaron en un reconocimiento de deudas por cerca de 18.000 euros, por un lado; una indemnización para la contratista de algo más de 84.000 (reclamaba cerca de medio millón) y una actualización de precios que se cifró en casi 176.000.

En agosto de 2016 se dictó un Decreto que obligaba a Dragados a reanudar las obras en un mes pero hasta noviembre no se rubricó el acta de inicio, en el que la Dirección Facultativa solicitó la redacción de un complementario “por interferencias entre los distintos capítulos de las dos fases del proyecto primitivo”. Desde la reanudación hasta febrero de 2017 se emitieron cuatro certificaciones y en abril ‘Aranguren y Gallegos’ se desvinculó del proyecto, con lo que su responsabilidad se encomendó en junio al arquitecto municipal, Javier Arnáiz, como director de obras, y al aparejador Salvador Niebla como director de ejecución.

En julio del año pasado, ambos recogieron en un informe que la cuantía de las certificaciones emitidas ascendía a 2,2 millones, que la cantidad restante de la contrata sería de 1,1 millones y que la obra necesitaría de medio año, seis meses, para su finalización. Entonces se redactó un complementario que, al superar el 20% del presupuesto original, se acabó desechando.