ARTE

Una colección sin museo donde exhibirla ni almacenes en condiciones donde guardarla

Una colección sin museo donde exhibirla ni almacenes en condiciones donde guardarla
Almacén del fondo de bellas artes del Servicio de Museos de Ceuta 2
Almacén del fondo de bellas artes del Servicio de Museos de Ceuta 2

Cerca de un millar de piezas del fondo de Bellas Artes y las miles de los fondos arqueológicos se guardan en tres pequeñas bóvedas de las Murallas Reales, en condiciones de humedad y sin un espacio donde exhibirlas.


En diciembre de 2020, el Museo de Ceuta exhibía por vez primera una de las últimas obras adquiridas por la Ciudad, ‘El Desollado’, del ceutí Jesús Zurita. Ceuta desembolsó 12.000 euros para hacerse con su segunda pieza de uno de los nombres fundamentales del arte contemporáneo ceutí. Un imprescindible en el fondo museístico de Ceuta. Hace apenas diez días, la Consejería de Educación y Cultura anunciaba la llegada de otra joya imprescindible a la ciudad: la Dama de Ceuta. En este caso la obra llegaba donada por Ivan Whillock, discípulo del artista caballa Ángel Ruiz Lillo. La escultura de Lillo ya está en la ciudad autónoma gracias al empeño de su familia y la implicación de la Consejería de Educación y Cultura con Carlos Rontomé al frente, que se hizo cargo del coste del traslado transoceánico (14.000 euros), para hacer realidad el anhelo del autor, que quería que su obra descansase donde merecía, su tierra natal, la que le da nombre y título. Whillock, además de donar la obra a los ceutíes, incluía en la donación un Cristo doliente y 200 dibujos.

El Desollado de Zurita y la Dama de Lillo, además de las otras obras donadas del maestro ceutí, se unen al fondo museístico de Bellas Artes de la Ciudad Autónoma de Ceuta, un legado que hasta la llegada de las nuevas adquisiciones tenía ya más de 800 piezas, en su mayor parte pinturas. Cifras que en el caso de los fondos arqueológicos se multiplican hasta lo incontable, con centenares de cajas almacenadas, con cientos de miles de piezas que abarcan la historia de la humanidad.. 

Un tesoro invisible

Un tesoro artístico y arqueológico del que los ceutíes apenas han podido disfrutar hasta ahora. Una pequeña parte del fondo de Bellas Artes pudo verse recientemente en la muestra "Paisajes y Arquitecturas" en el Museo del Revellín, una de las escasas oportunidades para ver algunas de las obras que posee Ceuta pero que no tiene donde exhibir. 

En el caso de los fondos arqueológicos, parte, apenas un uno por ciento del total, calculaba el arqueólogo municipal, Fernando Villada, en un reportaje de Ceuta al Día en 2018,  puede verse en la Basílica Tardorromana o en la parte museística de la Biblioteca Pública Adolfo Suárez, que seguramente le haya pasado inadvertida, junto al yacimiento de Huerta Rufino. El resto, la inmensa mayoría, duerme en un almacén o se ceden a otros museos  o exposiciones temporales, como las once piezas cedidas al Louvre o las prestadas al Museo Arqueológico Nacional. 

Muy cerca de donde no hace tanto se comió usted unos pinchitos o se tomó una copa, se guardan piezas de 250.000 años, cuadros de la Escuela de Tetuán y obras de arte contemporáneo.

Sin un almacén digno

Un fondo museístico que no solo apenas se puede ver sino que tampoco se guarda en condiciones dignas. La colección, tanto de Bellas Artes como de los fondos arqueológicos se guardan en condiciones muy poco apropiadas: tres bóvedas de las Murallas Reales, sin apenas espacio, con altos niveles de humedad y apenas sin lugar donde trabajar o desarrollar trabajos de investigación o conservación, ni hueco para albergar obras de grandes dimensiones. 

Almacén del fondo de bellas artes del Servicio de Museos de Ceuta

Tres robustas puertas en las no menos robustas Murallas Reales —rodeadas, casi asediadas, por las mesas, sillas e incluso un enorme anafre para pinchitos del restaurante vecino— guardan la colección artística y arqueológica de Ceuta. Muy cerca de donde no hace tanto se comió usted unos pinchitos o se tomó una copa, se guardan piezas de 250.000 años, cuadros de la Escuela de Tetuán y obras de arte contemporáneo. Si quiere hacerse una idea del tamaño de los almacenes piense en las dimensiones de cualquiera de los dos restaurantes del Patio de Armas de las Murallas Reales.

Colección de Bellas Artes

“Aproximadamente tenemos una colección de Bellas Artes de 800 piezas y colecciones muy interesantes, alguna muy nueva. Cuando llegué estaba la colección un poco dispersa y se intentó darle un sentido”, explica Ana Lería, responsable del Servicio de Museos de la Ciudad. “Se ha ido formando en torno a artistas de Ceuta, relacionados con Ceuta y de la Escuela de Tetuán (de la que fue maestro y director Bertuchi), tenemos a Amrani, que recientemente ha expuesto en el Reina Sofía, tenemos obra muy interesante, de Dámaso Ruano…”. Tal vez no sea una colección de arte por la que suspiraran la baronesa Thyssen o Peggy Guggenheim, pero es una colección muy interesante y valiosa y, sobre todo, apegada al contexto histórico y geográfico al que pertenece, singular también en lo artístico, subraya Lería.

Desde el Servicio de Museos de Ceuta prometen que se repetirán experiencias como la exposición “Paisajes Arquitecturas”, montada con fondos propios, para sacar a la luz la obra que atesora la Ciudad. “Vamos dando pasitos”, defiende Lería, “no es fácil, es complicado en algunos casos. Tenemos cuadros de dimensiones muy grandes que en el Museo del Revellín es muy complicado”. Para siguientes exposiciones, Lería trabaja en una alrededor de los pintores del Estrecho. “Tenemos cuadros muy interesantes de Chema Cobo, de Pérez Villalta, Antonio Rojas, Diego Canca…”, enumera Lería, sin olvidar a aquellos artistas que sin ser ceutíes sí estuvieron estrechamente vinculados a la ciudad o quienes nacieron aquí aunque fuera solo de forma circunstancial, como Carlos León. Y obra también contemporánea, como la del ya citado Jesús Zurita. Y algo, muy poco, en otras disciplinas como la escultura, con obra de Elena Laverón y una escultura de papel de Amrani entre lo más destacado.

“Es una guerra que tengo desde que llegué al Museo”, admite Ana Lería, “es fundamental, primordial, no solo para la colección de Bellas Artes, sino también para la colección de la sección arqueología, nos estamos quedando sin espacio”.

Y todos estos fondos están guardados en una de las estrechas bóvedas de las Murallas Reales, protegidas por los gruesos muros de la Muralla renacentista, con su obligado sistema de alarmas y una sólida puerta de madera. Pero el enemigo no esta fuera, sino dentro, en las condiciones de humedad y falta de espacio de estas bóvedas. “Es una guerra que tengo desde que llegué al Museo”, admite Ana Lería, “es fundamental, primordial, no solo para la colección de Bellas Artes, sino también para la colección de la sección arqueología, nos estamos quedando sin espacio”.

Fondos arqueológicos 

Y es que, al contrario de la colección de Bellas Artes, que aumenta poco a poco con adquisiciones, a base de donaciones o a golpe de talonario, en el caso de la de Arqueología, el fondo crece de forma exponencial año a año. “Y sigue habiendo excavaciones arqueológicas”, apunta Fernando Villada, arqueólogo municipal.  

En su caso, hay además un almacén de pre-ingreso, en el que se catalogan previamente las piezas que se han ido descubriendo antes de llevarlas al almacén definitivo. El fondo total es “incalculable”, admite Villada, incapaz de dar una cifra ante las dimensiones de los fondos ceutíes. Son centenares de cajas con miles de piezas, pequeñas muchas de ellas, algunas solo fragmentos, pero de incalculable valor. Piezas que cada vez es más complicado almacenar, quedándose poco a poco sin espacio. “Los fondos son impresionantes, ya no queda sitio, tenemos dos bóvedas y la basílica (Tardorromana), que tenía un taller y se hubo de habilitar como almacén”, resume Ana Lería.

Y es que la colección arqueológica que guarda Ceuta sería la envidia de cualquier Museo Arqueológico, “en cantidad y calidad”, subraya el arqueólogo de la Ciudad. “He visto muchos museos de arqueología y muchos almacenes y no hay comparación”, compara Villada. “Eso merece un espacio donde ser almacenado y sobre todo merece un Museo”, defiende Ana Lería.

El futuro Museo del Baluarte de las Murallas Reales podría ser la solución para la colección arqueológica, pero allí, que será un centro de interpretación de las Murallas, irían solo una treintena de piezas dentro de la muestra de lo que será un centro de interpretación de las murallas califal y portuguesa. Y la ingente colección ceutí, que abarca toda la historia de la Humanidad, merece algo más. Un Museo propio. Un lugar donde ceutíes y visitantes puedan hacerse una idea del gigantesco arco narrativo de la historia de Ceuta. Un proyecto que el nuevo equipo directivo del Instituto de Estudios Ceutíes (IEC) prometió promover cuando asumieron la dirección y sobre el que vienen insistiendo al Gobierno de la Ciudad. 

“He visto muchos museos de arqueología y muchos almacenes y no hay comparación”, compara Villada. “Eso merece un espacio donde ser almacenado y sobre todo merece un Museo”, defiende Ana Lería.

Se busca Museo

Candidatos para albergar un Museo Arqueológico hay muchos, falta voluntad y dinero para acometer el proyecto. Está el viejo castillo de San Amaro, Santa Ana, o incluso el edificio sin uso de la Manzana de Revellín, cuya compra tanteó la Ciudad, pero para el que los propietarios siguen sin encontrar comprador al estar catalogado como suelo de uso cultural. 

Para albergar la colección de Bellas Artes, Ana Lería propone para los fondos de Bellas Artes el propio Museo de las Murallas Reales, que ahora permanece ocupado por la exposición de Bertuchi, y que podría ser la solución perfecta para exponer parte de los fondos de la sección de Bellas Artes, que siguen creciendo sin tener lugar donde ser expuestos. 

Pero, en tiempos de pandemia y crisis económica hay quien puede poner en duda la utilidad de invertir en arte. Una inversión que Ana Lería defiende sin dudarlo. No es un lujo, es nuestra historia y lo que nos define: “Yo defiendo la necesidad de comprar arte, primero porque tenemos un museo, sino lo cerramos y ya está. Y segundo, el arte considero que para mucha gente pueda ser secundario, lo básico es la educación, las bibliotecas… Pero el arte es fundamental, te permite conocer en cierto modo la ciudad, las corrientes artísticas que han influido y más en un entorno geográfico como el de Ceuta. Son documentos de nuestra historia. Son artistas que han vivido, que han creado aquí, que forman parte de lo que es Ceuta, es la historia de la Ciudad”.

Almacén del fondo de bellas artes del Servicio de Museos de Ceuta 3

Una colección sin museo donde exhibirla ni almacenes en condiciones donde guardarla


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