El Ceuta se arrodilla ante el Cacereño

El Ceuta se arrodilla ante el Cacereño
Los jugadores portaron esta pancarta al saltar al césped en la que reclaman cobrar

- El equipo confirma matemáticamente que no jugará la liguilla de ascensoal perder por dos goles a tres

- Los de Lobera desperdiciaron la ventaja de dos goles con la que se fueron al descanso

- Los jugadores portaron una pancarta antes de empezar en la que reclamaban cobrar


El Ceuta comenzó el partido arrodillado, plantado en su campo, como señal de protesta. Con Marzo son ya cuatro meses sin cobrar. Y lo terminó igual, de rodillas ante un rival, que tuvo un excesivo premio para los méritos mostrados sobre el césped, pero que aprovechó bien sus oportunidades y la negligencia de los locales durante la segunda parte.

Curiosamente cuenta el Ceuta, el año que peor están las cosas en lo económico, con el plantel, que probablemente esté demostrando mayor profesionalidad del último lustro. A pesar de que los resultados no han acompañado, de que no hay objetivo en juego, de no cobrar, de entrenar en Sevilla y no sentir ni el aliento ni la ira de la afición en el cogote, los jugadores, juegan. Y lo hacen cada domingo entregándose en la lucha como si nada de lo relatado anteriormente existiera o importara.

Alternan los días buenos, en los que el equipo juega, combina, llega y genera oportunidades, como este domingo, con otros más grises, en los que no sale nada, y el equipo se deja puntos. Si a esa falta de constancia se le suman jornadas en las que a pesar de ser mejor que el rival se han perdido puntos en el camino por despistes y desajustes puntuales que han recibido un sumarísimo castigo, se explica que la Asociación Deportiva Ceuta esté donde está. 42 puntos a falta de 8 partidos por jugar, en el puesto duodécimo del grupo IV de la Segunda División B. Mirando hacia arriba de la tabla, el objetivo con el que comenzó la temporada, meterse en la liguilla de ascenso, es ya imposible matemáticamente (lo era futbolísticamente hace más jornadas). El Lucena, próximo rival de los ceutíes, es cuarto con 57 puntos y un partido menos. La diferencia es de 15 puntos, restan 18 en juego, pero al Lucena le queda aún enfrentarse con el quebrado Sporting Promesas de Villanueva y sumará tres puntos. Por abajo, el Caravaca con 34 puntos, ocho menos que el Ceuta, ocupa la plaza de la promoción de descenso. No debe descuidarse el Ceuta, aunque parece poco probable que pase apuros.

Este domingo contra el Cacereño, el equipo salió, se arrodilló para protestar y se enchufó. Comenzó a jugar mucho mejor que su rival al cuarto de hora y mantuvo el nivel hasta el descanso.

En el 20 avisó Guzmán que recibió sólo en el costado derecho se metió en el área grande y ejecutó el pase de la muerte hacia Fernando, esperando en el área chica, pero un zaguero cacereño se adelantó y la echó a corner. Fue el primer aviso.

En el 26 llegó el primer gol. Lo anotó Guzmán. Él mismo realizó una gran conducción por el interior de la banda derecha en el medio campo, escondió bien la pelota para sortear un par de rivales y cuando no los pudo desbordar se la abrió a Aitor, más a la derecha. Aitor centró, buscando el segundo palo, pegó en un defensa y el balón salió muerto hacia el punto de penalti, la cabeceó Fernando con mucha intención, pero el portero metió la mano para evitar el gol, le cayó a Guzmán que había seguido la jugada y con el portero vencido del lance anterior, no perdonó y puso el uno a cero en el marcador.

Alegría y palmas en la grada, apenas doscientos aficionados que no se menguaron por el lluvioso Domingo de Ramos.

Hilvanó después del gol sus mejores minutos el Ceuta. Jugó y generó ocasiones una detrás de otra. En el 31 falló Diego Segura el que debió haber sido el segundo gol. Le cayó el balón en el segundo palo, dentro del área grande, después de una buena jugada de Guzmán que se la dio a Xapi Arnau en la línea de fondo. Le dio tiempo a controlar, bajarla y disparar, pero se la cazó el portero, René.

Tres minutos después, en el 34 apareció el Cacereño en una contra. Y apareció también inmenso Pau Torres, que salvó por dos veces el gol, ante dos disparos a bocajarro del 10 de los extremeños, Mena.

Sin solución de continuidad, el Ceuta seguía generando peligro, tocándola bien arriba, con criterio y precisión. Así recuperó en el 38 un balón en la medular y con un pase vertical encontró a Fernando, muy entonado este domingo, Fernando recibió por el centro casi en la frontal, se escoró un poco a su izquierda para ganar espacio y tiró a puerta con éxito. Era el minuto 38 y el Ceuta ganaba dos a cero.

Así se llegó al descanso. Y sucedió lo peor que podía pasar. Sucede con demasiada frecuencia lo de este domingo en los campos de fútbol. Y el Ceuta reunía todas las condiciones para que le tocara esta suerte.

Los equipos como el caballa, sin objetivo clasificatorio con un marcador a favor y un partido placentero pueden olvidarse del juego. No todos son el Barça de Guardiola que lleva en el ADN que el fútbol consiste en ir a marcar un gol, y si se consigue, otro, y así hasta que el árbitro pite el final. Administrar la ventaja de este domingo era lo más complicado que debía asumir el equipo y fracasó estrepitosamente.

No supo dormir el partido y a eso sumó ocasiones claras, que habrían cerrado definitivamente el choque, pero que falló. Lanzó una buena falta Andrés en el 55, a punto estuvo Guzmán en el 63 tras robarle el balón al portero fuera del área. O Añete nada más saltar al campo en el 69. No funcionó.

El Ceuta andaba esperando que pasaran los minutos, sin contemporizar demasiado, sin arremangarse, dejándose ir, convencido de su superioridad. Pero, casi por casualidad apareció el Cacereño. Avisó en el 59 con un robo en la media, una transición rápida y un disparo de Israel, muy entonado. Y cumplió su amenaza en el 70. Otro robo, otra transición rápida y un remate a placer en el palo derecho desde dentro del área de Álex, la intentó sacar Andrés con la cabeza, pero acabó por meterla dentro, era imposible sacarla y eso que llegó a mandarla al palo.

La tuvo Fernando en el 73 justo antes de ser cambiado, le faltó fuerza, la tuvo Diego Segura por picardía, también justo antes de ser cambiado en el 76, intentó la de Quini y apunto estuvo de pillar desprevenido al mete y colársela por el primer palo.

Se quedó el Cacereño con uno menos por expulsión de doble amarilla de Gonzalo. Pero aún así, los extremeños habían olido ya la relajación, la mala gestión de la ventaja del Ceuta y no renunciaron a irse arriba. En el 80 de nuevo Israel armó el lío por la banda derecha, pero no llegaron a su centro por poco ninguno de los suyos, que estaban solos en el área, mal cubiertos. Relajado todo el Ceuta.

El equipo acusó en exceso la salida del campo de Aitor en el 68, desde ahí vinieron todos los problemas. En el 82 se materializó la tragedia que se venía rumiando. Se acabó la alegría. Marcó Pedro, que había entrado de refresco en el descanso, cazó un pase de Israel desde la banda derecha, tras una gran jugada, lo cazó en el segundo palo y le pegó perfecta, la cruzó para que no llegara Pau Torres, tanto que el balón pegó en el palo antes de entrar.

Y así las cosas, con la decepción en la grada, pero no en grado sumo, por la ventaja desperdiciada, porque el Cacereño había empatado con uno menos. Todo podía ser aún peor. La falta de objetivo del conjunto y su situación económica, que preocupa más que la deportiva, templó los ánimos, nadie se exaltó demasiado por una mala faena que de haberse producido en la jornada dos o tres habría desatado las iras del respetable.

Esa falta de objetivo se evidenció cuando Ekedo vio la segunda amarilla en el 84. Llevaba el balón, lo conducía desde la línea defensiva del Ceuta, había rebasado el medio campo, la perdió sólo por atosigamiento del rival y por cansancio, la falta de concentración le llevó a dar una patada. Amarilla, ya tenía una, y roja. Y en el descuento, todo fue peor. De nuevo Alex, tras una gran jugada de Pedro marcó para poner el definitivo dos a tres en el marcador. La grada casi ni se inmutó. Asumió que su equipo había terminado como empezó, de rodillas. Y se fue a casa, a pensar en otra cosa. Quizás en la situación económica y el incierto futuro del club.

Protesta

Los jugadores no cobraron diciembre, enero y febrero y ahora previsiblemente sumarán a la deuda marzo. El lunes expira el ultimátum dado por el Ayuntamiento de San Juan de Aznalfarache para liquidar la mitad de la deuda de 6.000 euros que tiene la entidad por el uso del campo de entrenamiento. Se deben dos arbitrajes. La Ciudad Autónoma ya ha manifestado que no va a salir al rescate del club. Y de momento, se tira del bolsillo del presidente , José Antonio Muñoz, a la espera de que alguien ponga el dinero que falta.

Este domingo, los jugadores sumaron a su protesta de la semana pasada, el gesto de ponerse de rodillas durante los primeros compases del juego, una pancarta. Con ella saltaron al campo. Se leía: “Basta ya de mentiras ¡¡¡Paga ya!!!”. ¿Dirigida a quién? Queda la duda de si el mensaje es para la directiva, para el presidente Muñoz, o para el presidente Vivas, que no comparece en el palco desde diciembre. La grada saludó la pancarta y el arrodillamiento con aplausos. Está con la plantilla. En cambio, en la grada se escuchan comentarios que tildan a Vivas de cobarde por dejar de acudir al campo y que a su vez encuentran irresponsabilidad en el presidente Muñoz. Pero de momento, la protesta, sólo es patrimonio de los jugadores. La grada aplaude y ya está. En cierto modo, también espera de rodillas la suerte final.

El Ceuta se arrodilla ante el Cacereño


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