Un Ceuta crepuscular gana 2 a 0 al Almería B


Un Ceuta crepuscular gana 2 a 0 al Almería B

- Guzmán y Gerard marcaron dos goles tras recuperar el balón en el medio campo y buenos pases en profundidad

- El partido fue intrascendente tanto en el juego como en el resultado en dos equipos sin aspiraciones y salvados

Es el fútbol un deporte sensacional y de sensaciones. Los estados de ánimo cuentan a veces tanto o más que cualquier otro factor para decidir partidos y explicarlos. En un estadio de fútbol hay una gran cantidad de energías flotando que van interactuando entre sí para arrojar una sensación. Afloran los sentimientos con la misma facilidad que en la casa de Gran Hermano. La grada sirve a menudo de confesionario vital y los espectadores acuden encantados en busca de consuelo a la rutina y los problemas que ocasionan las cosas serias de la vida.

Sucede que todo exorcismo requiere de una importante cantidad de energía. Cuando no la hay, como este sábado en el Murube, como desde hace unas cuántas jornadas, suele ocurrir que algo de ese ciclo futbolístico que une en comunión a jugadores, afición y club va mal. Sin energía no hay vida, ni tampoco fútbol.

El Ceuta aparece en escena desde hace jornadas, también este sábado, y se pone de rodillas. El gesto recuerda que los jugadores que han conseguido la permanencia no han cobrado aún en 2012. Su fútbol es crepuscular. Adolece de gancho. No logra unir a nadie, ni a la grada, ni al club, ni a la ciudad, ni en ocasiones a los propios jugadores. Es un ejercicio rutinario, en lugar del ejercicio redentor del fin de semana que debería ser. No hay energía. El club agoniza. Las deudas, la falta de solvencia, la situación de los jugadores y los apenas 250 aficionados recluidos todos, sin excepción bajo el techo de tribuna, tienen el color rojizo de los atardeceres en el Estrecho. Quizás el duelo frente al Almería B fue el penúltimo episodio futbolístico en el Murube. Seguro el penúltimo sobre césped natural (otro indicio del crepúsculo).

Se apaga el sol de la Asociación Deportiva Ceuta. Lo sabe todo el mundo. La grada este sábado estaba más preocupada por seguir discutiendo las semifinales de la Champion que lo que sucedía sobre el terreno de juego. Ni tan siquiera monopolizaba las conversaciones la situación del club. Sin futuro. Sin luz al final del túnel. Sin promesa alguna de que el Sol vuelva a salir cuando se imponga la noche el próximo 13 de mayo y concluya la temporada.

Y esa falta de energía propia de los moribundos es también la que transmite el equipo. Impecable y en extremo profesional, el plantel sigue disputando partidos. Ganándolos con cierta solvencia, pero se acusa la enfermedad económica. Ese cáncer que está a punto de alcanzar la metástasis total.

El equipo jugó, que ya es, un partido más bien aburrido. Intrascendente en los puntos para los dos. Intrascendente en el juego, también. El balón por el medio campo, sin pasión, sin energía, sin ilusión. Tiró una sola vez el Almería B a puerta en toda la primera mitad. Se animó el Ceuta entre el 10 y el 20 generando tres ocasiones y a partir del 30 hasta el final. Combinó mejor, usó bien las bandas y logró llegar. A punto estuvo Fernando de desquitarse a la media vuelta después de pescar un balón en largo dentro del área.

Tras el descanso y con el cero a cero en el marcador, el Almería B, pareció jugar con más convicción, como si de pronto hubiera recordado de qué va esto. Le duró bien poco la pasión. En una buena transición de defensa a ataque tras una recuperación en la media, Guzmán, el más en forma de toda la plantilla, marcó su gol, van 13 esta temporada. Solo y algo escorado en el lado derecho del área le pegó bien a la pelota y tuvo además la fortuna de que un defensa metiera la pierna lo suficiente para que el balón se levantara un poco y sorteara al portero del Almería B en una perfecta vaselina. Era el minuto 60.

El espectáculo no mejoró en demasía, seguía el balón transitando más tiempo en el medio campo e intercambiándose de conjunto por error que en cualquier otra situación. Insistió en exceso el Ceuta por la banda derecha en ocasiones. El Almería B intentaba con cierta desgana recuperar y salir rápido hacia arriba. Un posible penalti y un par de ocasiones de casi peligro y poco más. Tampoco lo hizo mucho mejor el Ceuta, que eso sí, impuso su calidad y acabó por monopolizar el balón más tiempo que su rival, si bien la imprecisión y la falta de reto acababa por desbaratar cualquier intento de progreso.

Pasado el 80 el Ceuta pareció convencido de que el trabajo estaba hecho. Se relajó un poco más y la tranquilidad, la paciencia, le ayudó a tocar mejor, a aguantar más tiempo el balón, a marear más al rival para al final encontrar mejores huecos y llegar más lejos de lo que lo había hecho en todo el partido. Al final, de todos modos el resultado fue el mismo, se acercaba al área y antes o después algo salía mal. Sin peligro.

Fue en cambio, como en el primer gol, una recuperación en el medio campo, un pase magistral en largo de Aitor sobre Gerard, que estaba jugando por Guzmán, un buen control y una buena resolución ante el portero lo que puso ya en el minuto 90 el definitivo 2-0 en el marcador. Un gol al final con el que ese discurso energético que es el fútbol bien pudo querer decir “apaga y vámonos”.

Un Ceuta crepuscular gana 2 a 0 al Almería B


Entrando en la página solicitada Saltar publicidad