Lidl se ha comprometido este 23 de mayo con Comisiones Obreras a tomar medidas para "aliviar la carga de trabajo de la plantilla", una decisión que se produce después de que la central sindical convocara dos concentraciones y dos días de huelga, ya sofocada tras la predisposición de la empresa.

Las medidas de presión encuentra su razón de ser en que la mercantil "no cubre las necesidades que se producen por bajas médicas, despidos, vacaciones o asuntos propios". En principio, esto último dejará de ser así: Lidl ha comunicado que llevará a cabo nuevas contrataciones de aquí a futuro en un intento por reducir el estrés al que están sometidos sus trabajadores.

Este mismo jueves, la cúpula de la organización que comanda Emilio Postigo se ha personado a las puertas del hipermercado para repartir octavillas entre asalariados y clientes. La idea es bien sencilla: que estos hagan llegar al sindicato sus "inquietudes y peticiones".

Desde Comisiones, han adelantado que se mantendrán "vigilantes" para que la empresa cumpla con el compromiso hoy adquirido. En la misma línea, Postigo y compañía han tenido a bien destacar "la importancia de la reivindicación", arguyendo que, mediante esta, "las personas trabajadoras pueden defender sus derechos".