Comisiones Obreras y UGT acaban de sumar un nuevo frente a su particular e interminable guerra sindical. Ayer, 8 de agosto, la Unión emitió un comunicado criticando a los de Emilio Postigo por su reciente reunión con Juan Vivas para abordar la posible municipalización del servicio de limpieza viaria. Hoy, día 9, Postigo y los suyos han lanzado la contrarréplica.

Desde CCOO, se han mostrado "asombrados" a cuenta de lo que han calificado como "un pronunciamiento inútil y vacío". Pese a haber manifestado expresamente su intención de no entrar al trapo, lo cierto es que la central se ha metido de lleno en el fango casi sin pestañear.

Como "organización sindical de clase" y "primer sindicato del país", Comisiones dice tener "todo el derecho y el deber de solicitar y reunirse cuantas veces sea posible con el presidente de la Ciudad, sus consejeros, sus gerentes y sus directores generales".

La cúpula de la entidad asegura que, en el encuentro con Vivas, se trataron, además del asunto relativo a TRACE, "otras tantas cuestiones de ámbito local". "En Comisiones Obreras, no paramos de trabajar, sean las fechas que sean", atizan los sindicalistas, que afirman que "la incertidumbre y la preocupación en TRACE crecen por semana" y que "ello afecta tanto a la plantilla como a la ciudadanía".

Postigo y compañía tienen claro que, lejos de ser "la muletilla de nadie", sus siglas "representan al conjunto de los trabajadores sin exigir carnet ideológico ni político", muy a diferencia de lo que sucedería con sus rivales, a los que tildan de "apéndice sindical del PSOE". "Es sonrojante que acusen a otras organizaciones de tener vinculación política", ironizan.

Según CCOO, "la labor de cualquier sindicato es la de analizar, proponer, reivindicar y, en última instancia, movilizar". "Si Comisiones Obreras está activa y trabaja es porque se preocupa por el futuro de TRACE y por el resto de empresas, por mucho que pueda molestar a otros", rematan.