Bioammo

La fábrica de munición 'verde' que pudo instalarse en Ceuta echa raíces en Segovia

López-Pozas, en el centro, al recibir la Real Orden del Mérito Civil por su labor científica.


Hace dos años, Enrique López-Pozas buscó sin éxito en la ciudad apoyo público, inversores privados y 20.000 metros cuadrados de superficie. Hoy espera la maquinaria para empezar a producir tras ser distinguido este mismo verano con la Real Orden del Mérito Civil por su labor científica

"Las negociaciones con esta empresa no eran fáciles: no querían que se interviniese en su Consejo de Administración, o sea, que ‘yo pongo la pasta y hasta luego, si lo hace bien o mal no intervengo en ninguna toma de decisión’. Creo que es exigir demasiado a los inversores privados". Con ese, entre otros argumentos, explicó en el Pleno hace un año y medio la consejera de Hacienda, Kissy Chandiramani, el aparente fracaso de la posible instalación de una fábrica de munición biodegradable en Ceuta.

Los impulsores de la iniciativa eran su presidente y fundador, Enrique López-Pozas Lanuza, y su director de Explotación, José López-Pozas Díaz, que durante los últimos meses de 2016 recorrieron los despachos de la ciudad buscando 20.000 metros cuadrados de superficie y capital público o privado con el que completar los 6 mllones de inversión que precisaban para hacer realidad la fábrica de balas 'verdes' sin polímero, plástico, procedente del petróleo sustituido por otro a partir de materia vegetal que se comen las bacterias y no se queda años contaminando.

"Sustituimos las macromoléculas sintéticas, que las bacterias no pueden digerir, por otras más cortas [monómeros] de origen vegetal sin alterar sus propiedades físicas y mecánicas", explicaba entonces Enrique López-Pozas, que no encontró respaldo en la Administración y no llegó a ningún acuerdo con inversores ceutíes privados.

“En Ceuta no se supo entender y quien sí lo hizo quería quedarse con todo el proyecto”, lamenta ahora el empresario, que este verano ha recibido la Real Orden del Mérito Civil por su labor científica y que rechaza ofertas "millonarias" por un porcentaje insignificante del accionariado de su proyecto, 'Bioammo', que finalmente operará desde Santa María La Real de Nieva, un pueblo segoviano a 20 kilómetros de la capital.

La ciudad autónoma, a la que la familia está ligada por vínculos familiares, veía aquí potencial para aprovechar las ventajas fiscales y un puerto desde el que dar salida a su producción hacia “todo el mundo”... En Castilla y León encontró respaldo institucional (la oposición en bloque apostó por impulsar la declaración del proyecto como empresa de interés estratégico para la región) y privado.

“Al final conseguí que un grupo numeroso de personas ligadas al mundo de la caza, para el que comenzaremos la fabricación de munición biodegradable, y al de la banca y la evaluación de proyectos empresariales completase la inversión propia mínima necesaria: ya hemos comprado las máquinas y la fabricación arrancará a final de año con 50 puestos de trabajo directos que, en doce meses, deben multiplicarse por tres”, resume López-Pozas, que "en paralelo” a ‘Bioammo’ trabaja también con el Instituto Tecnológico Militar (ITM) de Defensa.

"Tal y como le dije al presidente, yo no iría a plantear ninguna estafa a ningún sitio pero menos a Ceuta, donde descansan mis abuelos", argumenta López-Pozas en respuesta a los recelos que suscitó su propuesta en algunos interlocutores ahora que, menos de dos años después, ya espera la maquinaria adquirida para empezar a producir.