Ceuta vuelve a estar en el centro del mapamundi de la movilidad estudiantil. Tras la reciente venida de 25 Erasmus bajo el paraguas de la Casa de la Juventud, una treintena de bachilleres italianos han seguido la estela de sus homólogos universitarios para conocer los entresijos de nuestra ciudad.

Después de la pertinente visita de rigor a la Puerta Califal, los chavales han sido recibidos en el consistorio por Javier Celaya. Dada la ausencia de Juan Vivas (y del grueso del Ejecutivo), el director general de Educación ha hecho de maestro de ceremonias en un íntimo acto que ha transcurrido al completo -cómo no- en el Salón del Trono del Palacio Autonómico.

Por fortuna, la barrera idiomática ha quedado completamente derruida (creemos) gracias al recurso estrella en caso de falta de entendimiento: decir lo mismo más alto (y más despacio). Celaya ha adoptado el rol de guía turístico para hablar a los jóvenes largo y tendido sobre determinados aspectos de nuestra ciudad, a saber: su historia, su encaje territorial, sus singularidades...

Todos los pupilos desplazados cursan 1º de bachillerato de economía en un instituto enclavado en Milán: el 'Don Carlo Gnocchi'. El periplo por tierras africanas encuentra su razón de ser en un proyecto educativo comandado por el Colegio Concertado Beatriz de Silva e impulsado por el área que dirige Carlos Rontomé.

Entre tanto italiano -casi de incógnito-, una española: Marta Prados. Radicada en la bota desde hace ya dos décadas, Marta es profesora de lengua española en el referido liceo. Según la docente, el viaje tiene por objetivo elaborar "un trabajo de investigación". Tras una lluvia de ideas en la que se pusieron sobre la mesa los nombres de Ceuta y Melilla, la particular localización de ambas ciudades autónomas terminó por 'seducir' al grupo, que ya ha elaborado "varias encuestas sobre la población local".