La iniciativa propuesta por la fundación La Caixa en Las Murallas reales cuenta con cuatro espacios para que los niños puedan experimentar libremente, lo que suscita en ellos muchas preguntas para las que la experiencia ofrece respuestas
La creatividad funciona como un músculo: se entrena. Y si no se usa se atrofia. Por eso, muchos de los niños que entran en el camión Creactivity (una actividad propuesta por la Fundación La Caixa) se ven paralizados cuando las monitoras les dan completa libertad para jugar y crear. "No saben por dónde empezar, entonces me suelen preguntar para qué sirven los materiales, cómo funcionan, que si pueden hacer algo, buscan el consentimiento y el que tú les pongas un ejemplo", cuenta la coordinadora de la iniciativa, Elena Muñoz.
Calcula que cada día desde su llegada el pasado 4 de febrero a las Murallas Reales, disfrutan de este "road show (espectáculo de carretera o sobre ruedas)" unos doscientos menores de siete años en adelante, unos mil a la semana. Ofrece, según explica Muñoz, "contenidos curriculares pero de una manera más manipulativa" a través de cuatro áreas mediante las que fomentan "la creación, la innovación y un poco la imaginación en los más pequeños".
La idea, ha añadido la consejera de Educación, Pilar Orozco, quien ha ido a conocer de primera mano la iniciativa, es que "tengan una una visión de futuro adaptándose a las nuevas a las nuevas tecnologías".
Para ello tienen a su disposición dentro del camión un espacio para jugar con la electricidad a partir de dinamos, otro área para descubrir la técnica cinematográfica de animación fotograma a fotograma (más conocida como 'stop motion'), unos paneles de madera en los que experimentar con la gravedad y túneles de viento con los que poner a prueba la aerodinámica de sus propias invenciones.
Esta última es una de las actividades más demandadas por los niños, que a veces sorprenden a las monitoras -según confiesan ellas mismas- tratando de hacer volar piezas de madera. "Luego se dan cuenta de que no, y entonces yo les digo que esto funciona con ensayo y error y ellos se dan cuenta de que aquí tienen que trabajar la paciencia porque no todo no va a salir a la primera", abunda Muñoz en los retos que enfrentan los improvisados inventores.
Alguno apunta maneras y ven "ideas muy chulas", aunque llama la atención la fijación de los más pequeños con las pantallas y "todo lo que tenga que ver con la tecnología". De ahí, que en el Creactivity, muchos redescubran su creatividad (y la pongan e entrenar) a través de objetos cotidianos que "podemos tener en cualquier casa o en cualquier espacio". Piezas con las que "los niños no se dan cuenta que pueden jugar" y con las que se abre para ellos un horizonte nuevo.
"Yo misma cuando empecé a trabajar aquí no tenía tantas ideas como las que me están demostrando que tienen ellos", asegura divertida Muñoz sobre la experiencia.
La acogida "está siendo muy buena", tanto que las trabajadoras destacan lo "llena" que han tenido la actividad desde que están en Ceuta. Los niños aprenden, pero sobre todo se divierten. Tanto que por las tardes, cuando el camión abre a todos los públicos muchos de los niños que han acudido con sus respectivos colegios en las visitas organizadas por las mañana vuelven. Se quedarán hasta el 21 por lo que ya comienza la cuenta atrás, mientras tanto animan a los ceutíes a entrenar su creatividad en "una hora que se pasa volando" y que pide repetir.