Giro de guión en la construcción del centro educativo que según anunció Delegación y confirmaron fuentes de Cultura iba a trocearse en dos partes, iniciando el rediseño del proyecto en septiembre. El Estado ha cambiado de opinión y ha frenado la reactivación del proyecto alegando que hay cambios de titular en varias direcciones generales
La opción de construir el macrocentro educativo del Brull vuelve a estancarse. El Ministerio de Cultura ha decidido parar en seco la reactivación del proyecto, que iba a trocearse en dos partes para poder asumir el inicio de las obras con los fondos disponibles. Sin embargo, fuentes internas del Gobierno reconocen que se ha dado orden a los arquitectos de que se olviden del asunto por el momento y excusan este nuevo retraso en cambios de titular en algunas direcciones generales "a las que habrá que ir informando sobre el asunto para que decidan si tienen interés en sacarlo adelante a futuro"
Por primera vez había optimismo en lo que rodeaba a la creación del Brull. En el año 2022 la licitación quedó desierta y aunque se consultó directamente a varias empresas, ninguna quiso hacerse cargo por el encarecimiento de materiales, que dejaba obsoleto el presupuesto inicial que había estimado el Ministerio de Cultura. Luego se encargó a la firma semipública Tragsa que realizase una actualización de costes, con la idea de ordenar le a la misma -no puede rechazarlo al estar participada por Estado y Comunidades Autónomas- que lo construyera.
La empresa, según reveló en exclusiva este medio, elevó mucho su estimación de manera deliberada, con la idea de evitar que Cultura le hiciera el encargo. Sus cálculos ascendían hasta los 45 millones de euros.
Nada que ver con la realidad. Las fuentes consultadas apuntan a unos 24 millones aproximadamente, siempre que se mantenga todo lo proyectado inicialmente. Eso es más de la cuantía de la que dispone el Ministerio desde hace varios años y por ello pretendían afrontar una primera fase primero, con el objetivo de no perder esa financiación que está a punto de caducar. Ahora no se sabe que pasará con ella.
Cultura y los arquitectos tenían pensado sentarse en septiembre para decidir como se troceaba la obra. Esto no ha sucedido y se ha indicado a los profesionales que de momento atiendan otros asuntos pues aún no se sabe si finalmente se retomará la idea.
Si todo hubiera ido rodado, se planteaba ejecutar primero el edificio de secundaria, lo que hubiera habilitado a iniciar las clases y de manera pareja hacer la segunda parte del Brull.
Rehacer el proyecto hubiera llevado "dos o tres meses", por lo que de haber cumplido los plazos las licitaciones no se hubieran iniciado antes de enero. Teniendo en cuenta la lentitud de Cultura en estas culturas -las adjudicaciones suelen llevarle entre seis y ocho meses- la obra no se hubiera iniciado, como mínimo, hasta dentro de un año.
A partir de ahí, el Ministerio se daba tres años para conseguir la financiación. De modo que, con el nuevo parón, el futuro del Brull queda en el aire y difícilmente podrá acabar erigiéndose en esta década.