Vienen de destacar muy por encima del resto de estudiantes que concurrieron a la ultimísima EBAU (eso que, antaño, se conocía como 'Selectividad'). No es que hayan sacado buena nota, es que, directamente, han alcanzado un nivel (muy) superior al de los demás.
Son tres -todos, de aquí-: Jaime Pérez, Claudia González y Roberto García. Los dos chicos son del Luis de Camoens; la chica, del San Agustín. Además de ser caballas, comparten una cosa casi tan honorable y valiosa como ser de Ceuta: erudición.
Hace ahora un mes y medio, los alumnos superaron con sumo éxito el que, a buen seguro, ha sido el examen más determinante (y difícil) de sus cortas vidas. El pasado 3 de julio, la gesta les valió el ser recibidos en audiencia por parte de la delegada del Gobierno.
Tras varias semanas de honores y cumplidos sin igual, hoy, día 30, los chavales se han dejado ver por ese edificio al que Juan Vivas acostumbra a referirse cariñosamente como "la casa común de todos los ceutíes". El pretexto ha sido el mismo que el utilizado por Delegación: el reconocimiento.
Por motivos que no han trascendido, Jaime -el más laureado de los tres estudiantes- no ha podido acudir a la cita, una en la que la gustosa encargada de hacer de maestra de ceremonias ha sido la consejera de Educación, Cultura y Juventud, Pilar Orozco.
A pesar de haberse ausentado, Pérez recibirá el premio que el Gobierno local tenía reservado para él: una tablet de última generación valorada en varios cientos de euros. Claro está, quienes sí han recibido el regalo de manos de Orozco han sido Claudia y Roberto. El uno quiere ser controlador aéreo; la otra, médica. Teniendo en cuenta sus capacidades, nada lleva a uno a pensar que no vayan a conseguirlo.
