Las obras han motivado una ralentización en el ritmo de entradas y salidas de la ciudad, lo que ha generado las colas.
La espera media se ha situado en más de una hora en un paso fronterizo que es transitado habitualmente por más de 20.000 personas y un número superior a los 2.500 vehículos.
Las colas han provocado las protestas de los usuarios, principalmente marroquíes, aunque no se han producido incidentes en la zona.