Tres ponentes de mucho nivel en la industria de la inteligencia artificial al mando de empresas líderes han dado algunas claves a tener muy en cuenta para apostar por esta tecnología en el día a día de cualquier organización
Una de las mesas más esperadas de las jornadas que está desarrollando la Cámara de Comercio de Ceuta de la mano de El Español y la Ciudad Autónoma de Ceuta desde primera hora de este miércoles, 11 de septiembre, en el salón de actos del Palacio Autonómico era la que se centraba en la inteligencia artificial. La expectativa generada estaba justificada teniendo en cuenta quiénes iban a tratar de arrojar luz sobre esta nueva herramienta tecnológica que parece destinada a cambiarlo todo en todos los ámbitos: la directora general de Afiniti en España y Portugal, Alicia Richart, el director de la Unidad de Negocio Digital Evolution de Var Group España, Domingo Cardona y el director global de Soluciones y Servicios de Inteligencia Artificial y Big Data de Telefónica Tech, Carlos Martínez. Como seguramente no los conozcan, auténticos gurús, faros y con profundidad de conocimiento sobre la materia.
Entre las claves que han ido arrojando, más allá de discrepar sobre la regulación puesta en marcha por la Unión Europea, sobresalieron algunos elementos comunes, puntos de acuerdo cuasi unánime que conviene tener en cuenta. Muy sintetizado, antes de volverse loco a apostar por la inteligencia artificial para una empresa o una administración es necesario trazar la hoja de ruta y saber para qué se quiere implementar y después hacerlo con datos de calidad suficiente, cuánto más mejor, si el dato es malo el resultado de la inteligencia artificial será igualmente malo. Algo así como en la inteligencia humana, si las ideas previas están viciadas las conclusiones estarán equivocadas. Y una última clave que no hay que deseñar, más que nada porque incide en el cómo más que en el para qué o el por qué y también por quién la ha lanzado el responsable de Var Group, la empresa líder en ayudar a implementar tecnologías en las empresas: “Necesitamos que los datos de esas empresas estén aquí también y sean explotados aquí y desde aquí, para Ceuta, España y el mundo”, ha lanzado Domingo Cardona, para envidar, ratificar y dar valor extra añadido a la apuesta de Manuel Gómez con Avangreen por levantar un importante data center en terreno portuario que ya tiene forma y que está a punto de arrancar sus operaciones.
El dato hay que almacenarlo en Ceuta y explotarlo aquí para darle un valor extra a todas las aplicaciones que vengan detrás de ese dato para genera mediante inteligencia artificial valor en empresas y administraciones.
“En términos económicos la inteligencia artificial puede ser un motor de crecimiento muy importante, ya lo está siendo en Ceuta, puede también serlo en otros territorios extrapeninsulares con condiciones fiscales especiales, en Ceuta la hay porque la merece y así tiene que ser. Y eso da capacidad de atraer negocios digitales, pero es importante construir infraestructuras digitales y como es el caso de Ceuta que el territorio no debe únicamente atraer negocios digitales, sino también dotarles de infraestructuras y que metan aquí sus datos. Es la materia prima sobre la que gira la inteligencia artificial y necesitamos que los datos de esas empresas estén aquí también y sean explotados aquí y desde aquí, no sólo par Ceuta y España sino para el mundo”; se ha explicado Cardona.
La otra clave es que el dato tenga la calidad suficiente para permitir que la inteligencia artificial haga bien su trabajo y ayude a tomar decisiones acertadas y adecuadas. “La máquina aprende con muchísimos datos, millones, si el dato no tiene calidad, la solución de la inteligencia artificial va a ser inadecuada. Todo el foco está puesto ahora en la calidad del dato”, ha explicado Martínez desde el punto de vista de Telefónica.
Y todo eso ¿para qué? Pues esa es una pregunta que parece clave para el punto de vista de Richart: “Obviamente la inteligencia artificial sirve para mejorar la productividad y reducir costes y mejorar la toma de decisiones empresariales”. Pero con cabeza: “aplicar por aplicarla no lleva a nada. Hay que tener claro que reto de negocio quiero resolver. No me sirve decir, ponme inteligencia artificial en mi empresa. Identificar cuáles son las tareas complejas y repetitivas que están quitando recursos a la creatividad de los empleados, identificarlas y aplicar inteligencia artificial u otras herramientas tecnológicas. La IA no es necesariamente la solución para todos los restos”, ha desarrollado.
Richart ha repasado la trayectoria y el desarrollo tecnológico que hace que ahora todo el mundo hable de la inteligencia artificial. O como explicó Martínez, “sabes que está explotando cuando familiares y amigos empiezan a entender después de muchos años a qué te dedicas”.
Para llegar hasta aquí ha habido que resolver problemas varios. Hace dos décadas la capacidad de computación de las herramientas informáticas era limitada y no daba para desarrollar esos modelos largos de lenguaje que manejan millones y millones de datos. Tampoco había esos datos, los suficientes para poder pensar en avanzar en soluciones como sucede hoy. Y los costes eran desorbitados para emprender esa aventura. Hoy todo eso se ha solucionado. Hay capacidad de computación, hay datos suficientes y los costes han bajado hasta ser no sólo asequibles sino también rentables. Y ahí es dónde han entrado las empresas como acelerador o combustible para que todo avance más rápido aún.
Las empresas le sacan rentabilidad, pero las administraciones también. La “IA ha venido para quedarse, va a estar aquí siempre” ha advertido Cardona. Y si en lo empresarial se empieza a explotar, Martínez ha avisado que las ventajas que se pueden obtener en lo social son apabullantes también. Para Ceuta sin ir más lejos, que los datos estén aquí como sugería Cardona elevará el ámbito de la protección fronteriza “a otra escala”. Pero además mediante la inteligencia artificial Martínez cree que la ciudadanía de Ceuta puede encontrar soluciones a sus problemas de sanidad pública, igualar por fin las oportunidades educativas de los ceutíes con las de cualquier ciudadano del resto del mundo “sin necesidad de tener profesores aquí, pero con personas que les guían y les darán mucha mejor formación, con contenidos personalizados”.
Y lo mismo para el turismo. Las conexiones entre transporte públicos, barcos y tren, con la gestión de datos que realiza la IA nunca más deberían volver a ser un problema, pero incluso, ha esbozado la planificación de las propias rotaciones del transporte marítimo podrían optimizarse al saber cuándo va a haber más demanda y cuándo menos. Ahí está parte de la solución de un eterno problema que ha lastrado el cruce del Estrecho para los ceutíes y su precio durante lustros, el famoso coste a compensar de ‘pasear hierro’.
Todo es susceptible de ser mejorado gracias a las herramientas que brinda ya, hoy día, a precios asequibles la inteligencia artificial, pero hay que saber con qué datos jugar y para qué se requieren las soluciones y cómo hacerlo.
En ese sentido, Cardona ha alabado a la Ciudad Autónoma porque entiende que los pasos que está dando en este sentido son los adecuados, con el hub que previamente se había presentado para hacer de laboratorio de investigación en materia turística en el propio Puerto, también de la mano de la Cámara. Se va por el buen camino. Y se está a tiempo de no perder el tren.
Otra cosa es la legislación europea. Martínez la considera necesaria y adecuada, ni a Richart ni a Cardona les acaba de convencer. Hacía falta algún marco, pero en la parte crítica creen que la normativa de la Unión Europea limitará la capacidad de innovación de las empresas que se dedican a desarrollar la inteligencia artificial. La parte buena, desde ese punto de vista, es que la tecnología va tan por delante y tan rápido de casi todo, también de la regulación, que la normativa necesitará cambios, muchos y muy rápido.