Ceuta tiene un año para adaptarse a la nueva Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica, la Ley 7/2021, de 20 de mayo, que incluye la creación de una zona de bajas emisiones (ZBE) vetada los vehículos más contaminantes, especialmente aquellos propulsados a gasoil. Un tipo de vehículos de los que da la casualidad que el Gobierno acaba de comprar nada menos que 26. Los 26 viejos autobuses de Hadú-Almadraba.

La Ciudad, con el beneplácito del resto de grupos que conformaron el grupo de trabajo para la municipalización de servicio de autobuses, ha dado luz verde al desembolso de 468.000 euros para el “suministro de veintiséis autobuses (26) con todos los medios necesarios para la prestación del servicio del transporte urbano de viajeros en la ciudad de Ceuta”. Vehículos que hasta ahora pertenecían a la adjudicataria y que eran estrictamente necesarios para prestar el servicio sin interrupciones, pero que están muy lejos de cumplir los requisitos medioambientales que exige la Ley de Cambio Climático y Transición Energética.

Mal de muchos

Pero, aunque el mal de muchos es consuelo de tontos, el caso de Ceuta no es único precisamente. Según un estudio reciente, más de la mitad de los autobuses que se compraron en 2021 y más del 67% de los que se adquirieron en 2022 eran diésel. En 2022 solo se adquirieron 141 autobuses eléctricos en España, mientras que en Europa, solo el Ayuntamiento de Oslo compró 183 autobuses eléctricos. En España, solo 17 ayuntamientos han adquirido algún autobús urbano. Barcelona, con 54 unidades compradas, y Madrid, con 28 autobuses eléctricos adquiridos, son las ciudades que más vehículos de este tipo han comprado. Más de la mitad del total.