Fabulosa calva vende crecepelo mágico e infalible. Este fin de semana el Parque Urbano Juan Carlos I acogerá la I Feria de Movilidad Sostenible y Energías Renovables de la ciudad. La organiza la Consejería de Medio Ambiente y Servicios Urbanos a través de la Oficina de Cambio Climático y apoyándose en la empresa asturiana ‘U-events’a la que se le ha encomendado vía contrato menor de 14.342 euros el despliegue del evento. Ninguno de los tres responsables que han comparecido para animar a la ciudadanía a acercarse a la Feria y probar las bondades de los coches eléctricos gasta ese tipo de vehículo en sus desplazamientos. La responsable de la empresa Patricia Baragaño no cuenta con vehículo eléctrico, pero como vive en Gijón suele moverse mediante ‘car sharing’. La directora general de Medio Ambiente, Carmen González, tampoco tiene coche eléctrico, pero ha dicho que lo tiene en su agenda y que en todo caso es una cuestión para cada persona de “presupuesto familiar”. El técnico de la oficina, Víctor Clavijo, se mueve en moto, no tiene coche eléctrico, pero sí hay uno en su familia.

Como sea, entre el viernes y el domingo, los usuarios que se acerquen a la feria podrán probar coches y motos eléctricas, siempre y cuando tengan el carnet en regla. Se puede hacer reserva previa vía on line para la prueba.

Además se ofrecerá también información sobre la instalación de placas fotovoltaicas para autoconsumo.

Y la rueda de prensa ha servido también para ofrecer datos de las ayudas de Fondos Europeos a esta movilidad sostenible. La Oficina de Cambio Climático cuenta con 42 solicitudes de ayudas para la adquisición de vehículos eléctricos, sobre un total de 57. Y sólo 5 estaciones de recarga en espacios públicos, todas ellas en parkings. La oficina trabaja para animar a las comunidades de propietarios a realizar pre instalaciones de puntos de recarga en sus garajes y las líneas de subvenciones incluyen también ayudas para estas recargas particulares en el garaje propio. Y licita más puntos de recarga, los objetivos del Plan Moves establecían la creación de 10 puntos de recarga.

Lo de cargarlo en la calle parece más complicado, entre otras razones porque ni la normativa parece estar clara a día de hoy. Y a diferencia de lo que ocurre en otras regiones donde proliferan los puntos de recarga en la vía pública, gracias a que han desarrollado su propia normativa, aquí en Ceuta, todo se sigue regulando por los Reales Decretos y la normativa nacional. “La red de recarga pública tiene que estar y estará”, ha prometido Carmen González, aunque no haya explicado cómo ni cuándo.

Así no es de extrañar que la palabra recurrente del técnico de la Oficina, Clavijo, haya sido “lucha”. Luchan para tratar de explicar las bondades de la casi obligada transición en el modelo de movilidad para cumplir con los objetivos de recortar emisiones, lucha para gastar las ayudas que ha destinado la Unión Europea a Ceuta y luchan para los trámites, en los que dicen que ayudan a cualquier ciudadano a “sortear” todos los requisitos.

Y lo mismo con el autoconsumo. La Ciudad que recientemente salía en un informe de ámbito nacional como la más atrasada de todo el país en esta materia, está, según la directora general de Medio Ambiente a medio camino de cumplir con los requisitos de generación eléctrica solar que exige la Unión Europea en función del tamaño de la población y de momento puede contar con los dedos de una mano los proyectos a los que se ha dado salida desde la Administración Local.

La empresa contratada para la organización del evento ha alabado en cambio la labor de la Oficina del Cambio Climático y ha defendido las ventajas de la recarga en el garaje de casa sobre la recarga en la vía pública. La carga lenta alargaría la vida de las baterías sobre la carga rápida que es la que se suele instalar en los puntos de recarga públicos.

En ese sentido, la directora general de Medio Ambiente, ha defendido además el ahorro en la factura, dado que si se recarga el coche por la noche se gasta energía en el horario más barato. Pero y ¿quién no tenga plaza de garaje?

Y para incentivar más la apuesta por el coche eléctrico se trabaja a contrarreloj e la creación de la Zona de Bajas Emisiones, debería estar en funcionamiento antes de que acabe el año, pero de momento lo único que hay es contratado un estudio para delimitar la misma conforme a parámetros objetivos.

La directora general de Medio Ambiente no prevé que la misma suponga grandes limitaciones al tráfico, dado que tal y como ha explicado, estas zonas están diseñadas para restringir el acceso de los vehículos a las calles cuando se dan situaciones de elevada contaminación algo que no se daría en Ceuta, al menos no en las emisiones, porque también han de contemplar la contaminación acústica. Ojo, ahí. Pero de momento el estudio no está ni finalizado, a 18 de abril, y no hay nada alrededor de esa zona, el consejero de Medio Ambiente prometió en su día que habría un sistema para identificar las matrículas y poder así restringir el acceso a quienes no cumplan con el nivel de emisiones permitido en esta zona, pero tampoco hay licitación al respecto en marcha, por lo que, tal y como parecía desde el principio, parece poco probable que se llegue a tiempo de cumplir con la Unión Europea, a pesar de que la ciudad cuenta con una boyante Oficina del Cambio Climático que ha costado sólo en adecuación de oficinas más de 75.000 euros.