El informe banderas negras de Ecologistas en Acción otorga dos banderas negras por cada provincia litoral. En el caso de la ciudad autónoma de Ceuta recibe dos de estas banderas negras. Una afeando a la Aminoración local su mala gestión de lugares protegidos; la segunda por la falta de control de la contaminación en la bahía norte, en especial por el peligroso vertido de salmuera de la desalinizadora.

En el caso del monte Hacho se trata de un gran espacio protegido representativo del mar de Alborán "que lleva años abandonado a su suerte sin que se haya realizado un plan de ordenación y gestión y donde se realizan todo tipo de actividades extractivas sin control por parte de las administraciones competentes”, resume contundente el informe.”Realmente, hay una total ausencia de gestión”.

Esta zona protegida conserva una gran cantidad de hábitats y especies marinas de alta calidad y representatividad, señalan desde Ecologistas en Acción, varias incluidas en el catálogo español de especies amenazadas.

Desde la década del 2000 que fue desarrollado esta zona protegida “no se han puesto en marcha los obligados y necesarios planes de ordenación”. “20 años de dejadez institucional y abandono de un espacio único en el contexto español que contiene las poblaciones más importantes de Europa de la rara y relicta especie de coral astroides calicularis que en este insólito espacio desarrolla bancos superficiales y profundos hasta los 60 m de profundidad”.

La falta de redacción de los pertinentes planes de ordenación está provocando el deterioro paulatino del espacio, alertan, “debido a la contaminación generalizada con residuos sólidos y a la salida de aguas fecales que debido a la ausencia de redes separatistas de aguas pluviales y fecales y la ausencia de las necesarias infraestructuras de bombeo hacia la estación depuradora de muchas de las aguas sucias suelen verse la literal consuma frecuencia”.

A todo esto hay que añadir la presión pesquera que se exporta en la zona por parte de pescadores deportivos, furtivos y de la flota artesanal de Ceuta y sobre todo de Marruecos, que suelen faenar calando artes poco selectivas en la mayor parte del espacio protegido, señalan en el informe Banderas Negras.

Ecologistas en Acción reprocha a las administraciones competentes encesta que tengan abandonado “un lugar donde se producen procesos ecológicos fundamentales para el mantenimiento biológico del sistema litoral muchas otras cuestiones relacionadas con las especies de vertebrados invertebrados y algas”. Por ello urgen a mejorar en la gestión de un espacio "abandonado a su suerte ciertamente”, así como el refuerzo del control pesquero defectivo y la regulación de las capturas en lugar de interés comunitario. Además, señalan, las propias actividades náuticas de recreo con embarcaciones de gran velocidad pueden provocar accidentes en las tortugas que se solean y descansan en la zona de punta mina durante la temporada de verano.

La señalización y limpieza de residuos en las costas más acantilada, proponen, será de gran importancia para la recuperación de algunas zonas que afean el paisaje Y afecta gravemente al anidamiento de las gaviotas. Por último, plantean, una señalización esencial de los puntos de buceo será importante para que no se produzcan daños por el excesivo uso de anclajes para la realización de actividades de buceo recreativo.

Bahía norte, contaminada

La contaminación en la Bahía Norte de Ceuta tienen un nombre, la salmuera, y un escenario, la planta desalinizadora de Benítez.

“La salmuera es un contaminante por la elevada concentración de sal que transporta, por ello produce importantes impactos ya puestos de manifiesto en determinadas comunidades marinas como las frágiles praderas de Posidonia oceánica. En Ceuta, se producen reiteradas heridas de vertidos de salmuera a litoral sin control ambiental debido al incumplimiento legal y el potencial impacto negativo sobre las frágiles comunidades coralígenas”. 

Ecologistas denuncian que se está incumpliendo la legislación vigente en materia de control de vertidos al medio marino que obliga a la realización de un seguimiento ambiental perceptivo del ecosistema marino. "Cuestión que no se está haciendo desde hace dos años”.

“Desde hace dos años no se realiza ningún tipo de control de estos vertidos al mar y a pesar de las reiteradas consultas y reuniones mantenidas con los responsables de la gestión del agua en Ceuta no logran desbloquear esta lamentable situación (…) La única respuesta que hemos obtenido es la falta de recursos y de voluntad política”, concluyen.