Botellas, bolsas de basura doméstica, envoltorios de comida rápida, vasos de plástico y ahora también mascarillas, flotando en el mar, enganchadas a los matorrales… Durante la cuarentena hemos visto maravillados como la Naturaleza ocupaba el vacío que habíamos dejado, cantábamos loas a la belleza natural, al necesario equilibrio que debíamos recuperar,. Golpes de pecho que se fueron apagando, diluyéndose como lágrimas en la lluvia. Hoy, solo unas semanas después de la vuelta de los humanos a las calles y, en concreto, apenas unos días después de la vuelta a las playas, ha dejado un rastro evidente y doloroso. 

Una lectora de Ceuta al Día nos remite las imágenes que acompañan esta denuncia. “El mar está lleno de botellas de plástico y sus alrededores de basura. No solo se tira y no se recoge, la sociedad se ha acostumbrado ha vivir rodeada de ella. Es terrorífico”, se indigna. La desescalada ha supuesto una verdadera escalada en los niveles de basura, plásticos, desechos y toneladas de ioncivismo. Hace solo unos meses, el plástico era el enemigo a batir. Hoy diríase que nadie se acuerda de aquella batalla.

Pero no todos los desechos tienen su origen en la última semana. Algunas zonas, como la que encabeza la noticia, son vertederos con años de antigüedad, zonas, como buena parte del litoral, que no recuerdan la última vez que alguien limpio por allí. Una dejadez cívica e institucional que amenaza con sepultar a los ceutíes en basura.