Malo para los negocios

La lluvia enjuaga el riesgo de grandes aglomeraciones en una Tardebuena deslucida

Tardebuena 2021
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Si la hostelería, golpeada por las cancelaciones de comidas de navidad en cascada a medida que la incidencia de la covid crecía, esperaba salvar algo el mes con la jornada de hoy, la lluvia se ha llevado cualquier opción

El cielo plomizo y gris como los tiempos que corren ha sido el protagonista absoluto de la tradicional Tardebuena caballa. La lluvia constante durante toda la jornada, especialmente intensa entre las 12 y la 13 horas, en el momento de decidir echarse a la calle o no, se ha llevado las ganas de juerga de muchos ceutíes y ha enjuagado el riesgo de que el virus de la covid encontrara un terreno ideal para su propagación a mayor velocidad aún en esta jornada.

Si en los años prepandémicos en las plazas de Teniente Ruiz y Ricardo Muñoz no cabía un alfiler, este 24 de diciembre cabía un barrio entero. Las mesas vacías, llenas de agua, atestiguaban la desolación de la jornada a juego con el año.

En todos los locales de hostelería había sitio para el que aún quisiera buscarse un hueco en el que echar el rato y la tarde con los amigos o la familia. Sin excepción.

La lluvia ha sido quizás una buena noticia para la propagación, o más bien no tanta, de la covid, abortando las grandes aglomeraciones típicas de este día. Si bien, como contrapartida, muchos, tal vez más de los que inicialmente podía preverse han optado por meterse dentro de los bares ante lo destemplado del día. Y ya se sabe que los interiores son especialmente buenos para contagiarse en estos tiempos.

La jornada pasada por agua deja además la mala noticia para el sector hostelero, especialmente golpeado desde que estalló la pandemia, obligado a cerrar primero, a abrir con aforos limitados después y sufriente testigo en sus cajas del miedo instalado en la sociedad. Si la Navidad no había sido buena para un sector que tradicionalmente tiene en estas fechas uno de sus puntos fuertes del año, con cancelaciones de comidas de empresa y amigos en cascada a medida que la incidencia subía, la jornada de este 24 no les va a salvar el mes. Más bien, al contrario, terminará de apuntalar el fracaso de este diciembre.

Eso sí, los valientes que han optado por no rendirse ni al miedo al virus ni a la lluvia, lo han hecho con el espíritu navideño propio. La calle era un pintoresco río por el que se deslizaban cabezas con cuernos de reno, gorritos de papá noel y adminículos navideños varios. Felices Fiestas a todos.