Un Pedro Ximénez para acompañar los postres y un pacharán para rebajar la comilona

Aparcar la sidra por una vez, sin que sirva de precedente y acompañar los postres con un vino dulce es algo que genera costumbre, engolfa y vicia. Hecha la advertencia va la recomendación del experto, de Algo Más Que Vinos (plaza del Teniente Ruiz), la misma que figura en el vídeo.

A los dulces, tan diferentes y abundantes en Navidad, les va como anillo al dedo un vino que no enjuague sus azúcares, sino que los potencie. Para eso están los vinos dulces que valen para mucho más que para calentar el gaznate en los días fríos de invierno y poner contenta el alma, que también.

Y en este país, aquí al ladito, por suerte, tenemos viñedos de uvas de esas que concentran fructosa para surtir a Chuchelandia durante décadas, ahí están la pedro ximenez o la moscatel. Y como desde que el hombre es humano la uva se ha exprimido para dejarla fermentar y bebérsela, la tradición es larga también en estos lares. 

Así nuestro amigo Paco, uno más de la familia ya a estas alturas, que de esto sabe un rato, ha tenido a bien decirnos uno de tantos vinos dulces para no fallar. Es un Pedro Ximenez de la denominación de origen Montilla Moriles y de las bodegas Albalá. Según él está para meter el dedo y rebañar lo que se queda pegado al cristal. 

Haciéndole caso garantizamos que los turrones ya nunca volverán a ser los mismos.

Y para terminar esta serie de recomendaciones de cara a las comidas, cenas y eventos de estos días en materia de vino, Algo Más Que Vinos nos recomienda echarle un pacharán al cuerpo. Uno especial de las Destilerías Manuel Acha, el Sierra de Orduña. Con una copita de eso, esperando a que se derrita un poco el hielo, el exceso de alimento se digerirá mucho mejor.