La Navidad es mucho más que comilonas, viajes, regalos y encuentros familiares; es alegría, es alborozo, es desahogo... Es, en definitiva, diversión, mucha diversión. Si no, que le pregunten a los más pequeños de la casa (spoiler: la respuesta mayoritaria será un 'sí' casi tan grande como la Santa Iglesia Catedral de Burgos).
La Ciudad lo vendió como "una serie de talleres participativos dirigidos a menores de entre 4 y 10 años". Sirvió para estrenar la nueva y flamante web que el área de Cultura ha tenido a bien abrir en un intento por acercar su siempre dilatada agenda a la ciudadanía de a pie. Hablamos del denominado 'Proyecto Artes', una peculiar iniciativa pilotada por Tic Tac Teatro que prometía regar de disfrute a todos cuantos se adhirieran a ella. ¿Lo ha conseguido? Es pronto para hablar, pero la cosa va por (muy) buen camino.
El programa, iniciado este gélido 26 de diciembre, se prolongará en el tiempo hasta la víspera del Día de Nochevieja. El arranque no ha podido ser más fructífero: lo vivido hoy en el céntrico Teatro Auditorio del Revellín ha constituido "una tarde mágica". La bendita culpable de que así haya sido se llama Olga Martí, una joven caballa a la que, además de apasionarle el mundo de la representación, se le da de maravilla lo de hacer de animadora.
Martí y su elenco han logrado seducir a un buen puñado de niños y niñas con un catálogo de propuestas de lo más variado: arte circense, manualidades, fotografía artística, dibujo, elaboración de cartas y postales... En esencia, lo que Olga y su equipo persiguen con 'Artes' es "hacer que los pequeños se diviertan". Sin más.
El camino emprendido por Olga y los suyos para lograr el pleno divertimento pasa por "el fomento de la lectura" y "la iniciación al teatro". Durante alrededor de dos horas, el grupo ha dado rienda suelta a toda clase de actividades en los bajos del Revellín, bien a resguardo del frío. Tras un alocado pilla pilla que ha servido para desentumecer los músculos y despertar el pensamiento, los chavales se han afanado en "crear una historia" con vistas a su posterior representación; todo un reto para mentes de tan corta edad.
Aprovechando que la temporada navideña está ahora mismo en su cénit, Tic Tac Teatro ha cerrado la jornada instando a los críos a pedir -por escrito- una ristra de deseos. Ojo: no unos cualquiera; "deseos que no se pueden comprar". "Los pondremos todos al lado del árbol para que se cumplan", detallaba Martí, quien no ha tenido impedimento en exteriorizar su satisfacción: "La acogida ha sido fantástica; se han cubierto todas las plazas".