Salvador de la Encina el padre de la refundación del PSOE aseguraba ayer que “esperaba que la refundación sirviera para aumentar la unidad del partido. Me sentería muy frustrado si todo este trabajo llevado a cabo durante los últimos meses no sirviera para cambiar nada y nos siguiéramos encontrando en el mismo punto que hace un año”. Quizás por eso no pudo hablar, porque nada más comenzar la mañana pudo comprobar que todo en el PSOE seguía igual que cuando la gestora capitaneada por Enrique Moya pidió la disolución de la federación. Los militantes críticos seguían queriendo hablar con alguien en el partido que les explicara algo y no lo encontraban. Por eso cuando lo encontraron no dejaron pasar la oportunidad de expresar sus opiniones. Lo hicieron, eso sí, perdiendo las formas. Ejercieron su derecho al pataleo.
Perdieron los papeles dando lugar a un espectáculo bochornoso. Era su último cartucho. No desaprovecharon la oportunidad para hablar con quienes hasta el sábado les habían cerrado la puerta, negado la palabra y por último la militancia en el partido al que todos le habían dedicado muchas horas de forma más o menos desinteresada. En la puerta del hotel Tryp, Carracao padre y Basilio Fernández cruzaban acusaciones. “Habéis llevado este proceso de forma fascista. Os habéis cargado el partido por darle un cargo a tu hijo”, le espetó en la cara Basilio Fernández a Carracao Padre, entre gritos e indignación. Fernández le pedía explicaciones a Carracao padre por la no admisión de militancia de su mujer, María Elena Torregrosa, y los otros doce militantes. Javier Martínez, María Elena Torregrosa y otros militantes esperaban respuesta. “No eres digno”, le respondió Carracao. La bronca no terminó ahí. El secretario general de Juventudes Socialistas, Miguel Ángel Pérez Triano tuvo que soportar con su Ejecutiva al lado como le aplaudían parte de esos doce militantes expulsados y les señalaban como culpables de permitir un atropello democrático. “Muy bien. Enhorabuena. Buscaros en la próxima lista de los Planes de Empleo. Esa será vuestra recompensa”, les espetó Javier Martínez. La unidad y la cicatrización de las heridas parece lejos. Muy lejos, a la vista de lo acontecido en el hall del Hotel Tryp. Al revés el odio el rencor seguía creciendo. Calleja gritó “fascista” a un todavía tocado Salvador de la Encina. Sólo minutos después expresó a la prensa su arrepentimiento. “No he debido hacerlo, pero me he quedado a gusto”, explicó. Gonzalo Sanz, Javier Martínez, María Elena Torregrosa, Justino Lara, Manuel Tenorio, Rafael Leal, Antonio Gil, Francisco Sánchez Mena… siguen esperando aún una justificación oficial de los actos de “indisciplina” que cometieron y que les han impedido estar hoy presentes en la Asamblea de refundación. Más suerte tuvo Manuel Calleja. El viernes se encontró con Salvador de la Encina por la calle. Sus artículos de opinión en El Faro de Ceuta y su blog, es decir sus opiniones sobre hacia donde debía ir el partido para el que no ha dejado de trabajar durante toda la crisis, han sido suficientes para eliminarle de la lista. Otros dos militantes discutían fuera de la sala, uno trataba de restarle importancia al asunto de la purga, el otro le explicaba: “Es que no te das cuenta. Hoy han sido ellos por no comulgar con lo que dice la dirección, mañana serás tú por calvo y pasado yo por gordo o por que no le caigo bien al jefe”. La restitución de los doce, tal y como pedía Juan Hernández parece lejana. Entregará el carnet el lunes por solidaridad con estos doce. Puede que no sea el único. Carracao, preguntado directamente por su opinión sobre la decisión que dice “ha tomado la Ejecutiva Federal”, afirmó “acatarla y respetarla”. Pocas explicaciones más dio. Eso sí, mientras fuera de la sala muchos reconocían que a su victoría le faltaba legitimidad por todo lo sucedido. Él hablaba de proceso de refundación “escrupuloso” y “limpio”. Carracao reconoció que el proceso de refundación y la crisis había costado “muy caro al partido”. Entre otras razones porque había servido para mantener al partido mucho tiempo en los medios de comunicación. Se sobre entiende que hablando del PSOE de forma negativa. No entró a valorar si parte de esos comentarios negativos eran permitidos ante la falta de desmentidos, de versiones oficiales, ante el silencio mantenido primero por la Comisión Gestora y después por la Comisión Delegada, de la que él formaba parte. Era su portavoz.
El partido sigue dividido y muy probablemente en los próximos días comience a producirse la renuncia a la militancia de muchos de los que han apoyado a Juan Hernández, de los que apoyaban a los críticos, doce de los cuales fueron purgados. Muchos de los que siguen sin entender porqué ha habido que esperar un año y medio para celebrar una Asamblea, en la que se ha negado la palabra a los militantes y no se han ofrecido explicaciones. La división reina ahora en el PSOE.