SENADO

Ceuta y Euskadi firman un protocolo para la acogida de niños migrantes

Centro de Realojo de Menores de Piniers.

El acuerdo, que en el caso del Pais Vasco ha de pasar previamente por el Senado, se ha firmado a cinco bandas por dos gobiernos y las tres diputaciones vascas y afecta a 8 menores que se distribuirán por las tres provincias vascas

El Gobierno de Ceuta y el Gobierno Vasco han firmado en la Comisión de Migraciones e Inclusión del Senado el protocolo general de actuación, en su calidad de entidades públicas de protección de menores, para la coordinación del traslado interterritorial y la protección de personas menores de edad migrantes no acompañadas. 

Se trata del último convenio firmado en este sentido. La peculiaridad del sistema político vasco ha ralentizado el proceso, al ser necesario que el el protocolo se firme no solo entre los dos Gobiernos autónomos sino que también ha de pasar por el Senado, las tres Diputaciones Forales y de las tres provincias vascas y por el Parlamento Vasco. El acuerdoafecta a 8 menores que se distribuirán por las tres provincias vascas: uno a Álava, tres a Bizkaia y cuatro a Gipuzkoa.

David Muñoz Arbona

Un acuerdo firmado en la Comisión de Migraciones e Inclusión del Senado —en la que participa el senador por Ceuta David Muñoz Arbona (PP)—  que se origina tras la crisis migratoria y diplomática de mayo de 2021 tras la entrada masiva en la Ciudad Autónoma de Ceuta de entre 10.000 y 12.000 migrantes, muchos de ellos niños, niñas y adolescentes, procedentes de Marruecos. “Como consecuencia de ello —recuerda el texto del protocolo— el Gobierno de la Ciudad de Ceuta tuvo que poner en marcha, de manera inmediata, dispositivos de emergencia para prestar una adecuada atención integral al gran número de menores (ya sea porque así se determina conforme a su documentación, ya sea porque, en aplicación del principio garantista de presunción de minoría de edad, así se determina cautelarmente, a resultas de lo que se resuelva en el correspondiente procedimiento de determinación de edad) llegados a causa de esta crisis diplomática y migratoria; dado que, por razones obvias, la red ordinaria no se encuentra dimensionada para atender situaciones excepcionales de crisis, encontrándose en la actualidad completamente desbordada y colapsada. (…) Ante esta situación, el Gobierno de la Ciudad de Ceuta es consciente de su obligación de promover todas aquellas actuaciones que estén a su alcance para que las personas menores migrantes no acompañadas que se encuentran bajo su tutela puedan recibir una atención integral e integradora, en todos los ámbitos de intervención personal, familiar y social previstos en nuestro ordenamiento jurídico; prevaleciendo con ello, el interés superior de la persona menor de edad”.

El acuerdo, ya cerrado en la comisión de comunidades autónomas, se firmó a tres bandas, por un lado a la Consejería de Presidencia y Relaciones Institucionales de la Ciudad de Ceuta y la Consejería de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales y las tres Diputaciones Forales, que, como competentes en la materia, “adquieren un compromiso solidario de cooperación y auxilio al Gobierno de la Ciudad de Ceuta, en virtud del cual manifiestan su compromiso de asumir la atención integral de personas menores migrantes no acompañadas que actualmente residen en la Ciudad Autónoma de Ceuta, a través de sus propios medios humanos, técnicos y financieros, incluida la asunción de la tutela administrativa por ministerio de la ley”. 

El Protocolo persigue “procurar y garantizar la adecuada y debida atención integral, además de la integración, de las personas menores de edad migrantes no acompañadas, de acuerdo con la Ley y las normas internacionales suscritas en la materia, en condiciones de igualdad. Un objetivo que, dice, comparte el Gobierno Vasco, que colaborará con Ceuta para "buscar fórmulas ágiles y eficaces que permitan, en el marco del principio constitucional de solidaridad interterritorial contenido en el artículo 2 de la Constitución Española, contribuir a la mejor atención posible de las personas menores migrantes no acompañadas, con independencia del lugar al que inicialmente hubieren llegado, y ofrecerles la atención que resulta más adecuada; siempre sobre la consideración de su interés superior, y teniendo en cuenta sus características o circunstancias particulares (personales, familiares, educativas o sociales)”.