El Grupo Parlamentario Popular ha cerrado en falso esta tarde en el Pleno el debate sobre una moción de urgencia presentada por el PSOE para instar al Gobierno a "realizar las gestiones oportunas" para la reforma del Reglamento de la Asamblea con el fin de introducir "un plazo máximo de 45 días naturales" para dar respuesta a las solicitudes de información de cualquier diputado. Lo ha hecho a través del presidente Vivas, que se ha beneficiado a Carracao dando por hecho algo que no era tal, que la propuesta era inviable, sin réplica por parte del socialista, que ha dado por bueno lo dicho por el presidente.

Lo que querían los socialistas era poner coto a los desmanes que, tal y como comparte Caballas, entiende la oposición que se permite el Gobierno a la hora de dilatar 'sine die' su obligación de proporcionarle los expedientes que reclama.

La consejera de Presidencia, Yolanda Bel, le ha dado la réplica proponiéndole que en lugar de cambiar sólo ese artículo accediese a instar una "revisión general consensuada" del Reglamento, reforma profusamente prometida y largamente postergada durante la pasada legislatura que dejó orillado al diputado no adscrito Mohamed Haddu Musa (IU) durante meses.

Cuando Bel y Carracao discutían si lo procedente era aprobar la propuesta socialista y a renglón seguido promover dicho análisis a fondo para que la segunda no disolviese y aletargase la primera, Vivas ha intervenido para, cual oráculo, decir que el propio Reglamento bloqueaba ese debate al dejar claro "en su artículo 100" que "la iniciativa de reforma corresponde al Consejo de Gobierno, a la Mesa o a dos Grupos Políticos que ostenten al menos la representación de un tercio del número legal de miembros del Pleno de la Asamblea".

Por si fuera poco, el presidente se ha explayado diciendo que "la iniciativa de reforma debe presentarse por escrito en el Registro General y dirigida a la Mesa, acompañando certificación del acuerdo por escrito".

El socialista ha dado por buena la explicación y ha accedido, entonces, a someter su demanda a la expuesta por Bel pese a que lo que postulaba no era la reforma directa, ciertamente inviable a tenor de lo recogido en el Reglamento, sino "instar al Gobierno a realizar las gestiones oportunas" para el fin perseguido, mandato que sí podría haber asumido (o rechazado, pronunciándose en cualquier caso) el Ejecutivo para, a partir de ahí, materializarlo por los cauces establecidos.

- Consulte aquí el texto del Reglamento de la Asamblea vigente