Dieciséis triunfos después, el viaje celestial del Barcelona se detuvo en El Molinón, punto de partida tres años atrás de lo que ahora es el eterno Barça de Guardiola. No ganó el conjunto azulgrana, tan inusual el resultado como la espesura en el juego durante el primer acto ante el Sporting, y se alimenta la frívola teoría sobre el mal que azota al equipo catalán después de una fecha de selecciones. Es pura estadística, rechazada casi siempre por los principales afectados, pero por repetitiva empieza a tener valor ya que al Barça le cuesta reencontrarse después de los compromisos internaciona...