Confesión criminal en el autobús

Cuando Óscar Eliseo, al filo de las diez de la noche, abonaba el domingo los 23,79 euros del billete que le llevaría a Madrid no imaginaba que, realmente, estaba pagando el precio al calabozo: el autobús que le llevaría desde Málaga a la capital de España se iba a convertir en el ataúd de su libertad. Y, todo, por su poca inteligencia y un toque, bastante importante, dicho sea de paso, de mala suerte. Quién le iba a decir que el hombre sentado en el autobús en la plaza contigua, con su apariencia normal, era en realidad un policía fuera de servicio en ese momento, pero de paisano. Quién le iba...


Posted originally: 2011-03-16 08:43:28