De la ‘cultura gratis’ a la ‘cultura para pocos y ricos’

Spotify es un servicio de música ‘on line’. Tiene dos modalidades: una de pago y otra gratuita (con publicidad). La más utilizada es la gratuita con la contraprestación de escuchar la publicidad que financia el servicio. Hoy bicheando por las noticias pendientes de Menéame, he encontrado que alguien había colgado un modo para ‘saltarse’ la publicidad [...]


Spotify es un servicio de música ‘on line’. Tiene dos modalidades: una de pago y otra gratuita (con publicidad). La más utilizada es la gratuita con la contraprestación de escuchar la publicidad que financia el servicio.

Hoy bicheando por las noticias pendientes de Menéame, he encontrado que alguien había colgado un modo para ‘saltarse’ la publicidad en la modalidad gratuita. Por una vez he de decir que los comentaristas del filtro naranja han estado a la altura y le han dicho al que ha colgado la noticia e, indirectamente, al autor que ésa era la mejor forma de cargarse un buen servicio.

En el fondo este escrito (que no enlazo) y los que le dan publicidad son la flor más refinada de la idea de éxito de estas semanas: cultura gratis en su variedad ‘si se puede hacer, se hace’.

Las páginas, su diseño, su arquitectura, el alojamiento, el bando de ancha, los derechos y el mantenimiento hay que pagarlos. Detrás de Spotify está una inversión legítima que tiene derecho a cubrir gastos y a ganar dinero y la mejor forma de imposibilitar el acceso gratuito a este servicio es saltarse su principal modo de financiación.

De este modo los defensores de la cultura gratis lo que están es destruyendo precisamente a los negocio que la proporcionan sin pagar. Los defensores de la cultura gratis lo que hacen, con estos ‘truquitos’, es que solamente puedan prosperar modelos de negocio ‘previo pago’ y que la cultura sea cada vez más para quien pueda pagársela.

Posted in Autores, Economía, Internet, Música

Posted originally: 2010-01-06 01:11:44