En la travesía por el desierto, numerosas decepciones para Roger Federer, tenista eterno que admite el nuevo orden desde la distancia. Diez meses después, el suizo vuelve a sonreír después de conquistar Basilea, torneo fetiche que le catapulta a las portadas. Fresco de mente y piernas después de ausentarse en la gira asiática, Federer ha ganado en la final al sorprendente Kei Nishikori por 6-1 y 6-3 en una hora y 12 minutos.
A Federer se le iluminó la cara después de tantos resbalones. Ofuscado ante la eclosión de Novak Djokovic, víctima siempre de Nadal en tierra batida y superado incluso p...