Javier Reverte, en el Paso del Noroeste

Griegos y fenicios apenas pudieron imaginarlo. Monjes irlandeses pusieron proa hacia él en la Alta Edad Media. Los vikingos lo rozaron con la yema de los dedos. Los nautas españoles y lusitanos prefirieron latitudes más cálidas, y los ingleses lo intentaron de veras, dejándose un buen puñado de valientes lobos de mar en el empeño. Tan remoto era el Ártico, que Mary Shelley lo usó de paisaje para presentarnos a Victor Frankenstein. Pero tuvo que ser un noruego, Roald Amundsen, quien, en 1906, diera con el Paso del Noroeste, un territorio situado al norte de Canadá que conecta el Atlántico con e...


Posted originally: 2011-04-13 07:03:59