En el último suspiro España encontró la salvación. Vino de un hecho inesperado, de una tangana monumental producto de la euforia roja y de la frustración chilena, que veía cómo se le escapaba una oportunidad histórica de derrotar a la campeona del mundo. Rozada la contextura de la selección española por los dimes y diretes de los últimos clásicos, madridistas y barcelonistas se habían afanado en decir que pelillos a la mar. Pero pocos lo habían creído y muchos daban más valor a signos orientativos, que no definitivos: que Mata se situase en la rueda de prensa en medio de Busquets y Sergio Ramo...