Mayorías y barbaridades
La primera vez que el PP en mi ciudad, consiguió 19 diputados, recuerdo que mi jefe de entonces, marido actual de una Consejera, estaba eufórico. Me repetía una y otra vez que era mayoría absoluta; sonreía, gritaba y cantaba como si fuese su felicidad plena… Yo que aquella campaña la había vivido con ilusión, pidiendo el voto para el Psoe, sabiendo que era imposible que octuviesemos más de dos escaños… Le dije que más que una mayoría absoluta aquello era una barbaridad…
No estaba enfadada, el pueblo en general andaba contento, la gente que vitorearon años atrás al GIl, ahora con las mismas caras vitoreaban a Juan Vivas. Como yo trabajaba en el mismo sitio: la sufrida Gran Vía de concentraciones de parados , pues los reconocía: mismas mechas, mismas tripas, distintas banderitas…
Asumí, con el cansancio lógico de haber estado doce horas de interventora el día anterior, que el pueblo es soberano, asi es la democracia y si no me gustaba ajo y agua, tendríamos PP durante cuatro años…
De la gestión de aquellos años no me apetece explicar nada, tenían 19 frente a 4 en la oposición.
Las siguientes autonómicas me pilló metida en una lista electoral, por supuesto del Psoe, asi que más que pedir el voto como siempre había hecho, trabajé por él, aunque sospechaba que más de tres escaños no conseguiría mi partido.
Sin embargo estaba convencida que el PP no podría obtener 19, porque el poder desgasta y aquello fue exagerado, la gente votaría a Juan Vivas, claro, pero no hasta el punto de 19. Pues lo consiguieron, volvía vivir una jornada electoral de interventora donde las lágrimas llenaban la noche de la sede de mi partido.
No me gustan las mayorías absolutas, ninguna, sean del signo que sea, me gusta que todo se debata, se pacte, lleguen a acuerdos, no me gusta que los líderes estén más de ocho años. No me gustan los ídolos ni los dioses…
Posted originally: 2011-01-10 23:20:08