No hay saqueos y sí infinitas carencias y ayuda por llevar


No hay saqueos y sí infinitas carencias y ayuda por llevar

-El lunes fue un día duro para los cooperantes

-El suministro de agua y medicamentos centra los trabajos en medio del caos y el sufrimiento

-Los haitianos muestran su lado amable y no violento

Dura jornada la del lunes para la Delegación de la Cruz Roja Española en el operativo especial de Emergencia en Haití.

La jornada se inició casi de madrugada en el campamento base de la Federación Internacional de la Cruz Roja y Media Luna Roja con el reconocimiento visual de la ciudad mediante un plano a escala y zonas señaladas; es la planificación del reparto de ayuda humanitaria durante la jornada. Aún no ha amanecido todavía en el campamento base y la actividad ya es frenética, incluso para algunos ni siquiera la noche ha sido un motivo para interrumpir la actividad. Resúmenes de ultima hora, actualizaciones de actividades a llevar a cabo en pocas horas, emergencias que hay que solucionar de manera más que urgente, intervenciones en medios de comunicación con el horario cambiado…muchas son las tareas que, las 24 horas, se llevan a cabo en el campamento base de Cruz Roja.

Tras el briefing, empieza el frenético trabajo. Hay que distribuir agua por hospitales y barrios, preparar y mantener las comunicaciones, asegurar el suministro de medicamentos. Todo debe ser inmediato, todo se pone en marcha al mismo tiempo de forma increíblemente coordinada entre todas las cruces rojas. Cada uno tiene una tarea, y todos cumplen más que de sobra en esta labor humanitaria, la mayor que ha conocido la historia, no se cansan de repetir orgullosamente los integrantes de Cruz roja Española.

El agua, tratada en una de las plantas potabilizadores de la ERU de Agua y Saneamiento (Emergency Response Unit) existente en el campamento base, se carga en unos enormes camiones cubas para su distribución. La primea etapa es un hospital situado en el laboratorio de la salud pública.

La presencia de Cruz Roja se hace notar. En una ciudad en que el agua, de por si, era un verdadero problema antes del terremoto, el reparto de agua en estas circunstancias no es vital, es absolutamente vital.

Por las calles, a pesar de los falsos rumores que circulan en medios de comunicación españoles en torno a asaltos, violencia o incluso estado de sitio, los miembros de Cruz Roja trabajan con total tranquilidad por todos los rincones de Puerto Príncipe. Cierto es que los haitianos nos demandan cosas, a veces se puede acceder a las peticiones (mascarillas por ejemplo es una de las cosas más demandadas) y otras no, entonces, se recibe un “gracias” como respuesta.

Un poco más lejos, es la Cruz Roja Noruega la que está poniendo en marcha un hospital que podrá ampliarse, de hecho ya están trabajando en la posibilidad de agrandar.

Pero, al margen de las actuaciones humanitarias, la dimensión de la tragedia es brutal y sus consecuencias se dejan ver en cada esquina: la catedral y el ministerio de finanzas ya no son si no un montón de escombros que demuestran la amplitud de la tragedia.

Hora de comer, un eufemismo para los haitianos. Sin embargo, hoy (y seguramente los días venideros) el Gobierno de la República Dominicana ha donado unos furgones que sirven comidas.

No hay saqueos y sí infinitas carencias y ayuda por llevar


Entrando en la página solicitada Saltar publicidad