Romper el protocolo


Romper el protocolo
Campechano es, en España, un adjetivo regio. Nuestro Rey es campechano y pluscuamperfecto. Una de las cosas que los medios más enfatizan en las visitas de los Reyes a las provincias del Reino es que los monarcas rompieron el protocolo y saludaron a un grupito de desocupados que no tenían nada mejor que hacer esa [...]

Campechano es, en España, un adjetivo regio. Nuestro Rey es campechano y pluscuamperfecto. Una de las cosas que los medios más enfatizan en las visitas de los Reyes a las provincias del Reino es que los monarcas rompieron el protocolo y saludaron a un grupito de desocupados que no tenían nada mejor que hacer esa mañana que esperar a que los Reyes en una acera.

Al público le gusta tanto esas cosas y quedan tan bien en la televisión que algunos políticos no regios se han lanzado a ‘romper el protocolo’, siendo Miguel Ángel Revilla un ejemplo paradigmático.

Las rupturas de protocolo no son tan espontáneas como parecen ser. Las personas que ‘llaman la atención’ por el motivo que sea son localizadas con anterioridad por los servicios de seguridad (es su trabajo) y por los equipos de comunicación (también es su trabajo).

Los personajes públicos que rompen el protocolo cada vez hacen rupturas más estudiadas para poder ser ‘espontáneamente’ fotografiados con el niño gracioso o el señor o la señora que rompe a llorar de emoción ante el personaje público.


Filed under: Celtiberia, Ciencias Políticas, Comunicación, Comunicación Política, Ingeniería Informativa, Política
Posted originally: 2010-09-28 18:45:29

Leer original

Romper el protocolo


Entrando en la página solicitada Saltar publicidad