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Los sindicatos claman a Ingesa más personal para evitar colapsar la salud de los ceutíes

Los representantes de la Junta de Personal de Ingesa han vuelto a concentrarse este jueves ante las obras del Centro de Salud del Tarajal para volver a reclamar a Ingesa que ponga pie en pared en el deterioro de la salud de los ceutíes. Esto es, que ataque con dinero los problemas que soporta el sistema de salud para evitar que lo siguiente en colapsar sea la salud de sus usuarios.

El presidente de esa Junta, Ángel Lara, ha reconocido que la falta de personal repercute en ratios elevadísimas de pacientes por médico en Atención Primaria. Cada médico de cabecera atiende ahora en la ciudad entre 1.700 y 1.800 tarjetas, según sus datos. En lo tocante a la enfermería se dispara hasta rozar los 2.000. Y eso repercute en una peor atención que conlleva como consecuencia retrasos en los diagnósticos o atascos en la lista de espera. “Lo han dicho las sociedades científicas”, ha sostenido Lara.

Y esos retrasos en el diagnóstico o en la espera para operarse “de meses” pueden suponer la diferencia entre seguir siendo usuario de tarjeta sanitaria o pasar a serlo de lápida.

Para la Junta de Personal el problema es de euros, pero también de voluntad política. Así han puesto dos ejemplos, el Centro de Salud del Tarajal, hoy en obras, es una reivindicación, la de su reforma “de décadas” por parte de todos los sindicatos de Ingesa. Antes de la pandemia se acometió el traslado de sus servicios al Hospital para arrancar la obra, hoy los trabajos siguen, sin noticias oficiales trasladadas a los representantes de la plantilla sobre su apertura, se especula que pudiera darse durante el segundo semestre. “Ha pasado la pandemia y mucho más”, ha censurado Lara, que no ha dudado en comparar los largos años de la obra con el hospital construido en China en semanas.

La otra falta de voluntad política tiene que ver con la no convocatoria de la mesa sectorial de negociación. Los sindicatos siguen sin poder negociar con Ingesa ni condiciones de la plantilla ni la propia plantilla. Y no esperan que suceda. O la convocan de forma inminente o llegará el verano y de ahí fin de año hay un paso. 

Ese órgano es vital para poder sentarse a negociar cuántos profesionales hacen falta. Lara estima que entre 300 y 500 sumando todas las categorías. Y además este verano vuelve la Operación Paso del Estrecho y reabre la frontera. Por eso han insistido en la necesidad de cubrir todas las vacaciones con sustituciones, dado que sí ya hay saturación en la atención al paciente, cuando recrezca con los que pasen por la ciudad, puede devenir el caos.