El Torombo muestra el compaz del corazón a los usuarios de la Fundación Gallardo
- El artista flamenco imparte un taller a medio centenar de beneficiarios de Gallardo y Gerón para estimularles a través del ritmo
- El artista parte de su propia “disminusvalía” (nació con un pie torcido) para tratar de llegar al corazón de los abuelos y estimularles los sentidos
Muy metido en su papel, José Suárez, ‘El Torombo’, ha hecho las delicias de medio centenar de usuarios de la Fundación Gallardo y de Gerón este viernes por la mañana impartiéndoles un taller de estimulación sensorial a través del ritmo. Torombo, a quién la Fundación Gallardo le ha mostrado su gratitud por ofrecerse a la actividad de forma desinteresada, ha conectado en seguida con su público para tratar de llevarles por un viaje hasta la niñez en donde escuchen de nuevo el latir “compaz” de su corazón.
“La enseñanza es simplemente que para aprender en la vida hay que recuperar el niño, volver a ser ese niño. Y ese niño se encuentra en el corazón, para mí el ritmo comienza desde que se nos da la vida. En ese espacio de una madre y ahí empieza a latir el ritmo del corazón”, ha explicado antes del taller a la prensa.
Y para Torombo el ritmo del latir del corazón es un “compaz” más que compás. “Al final el lenguaje que más llega y más transmite es cuando llegamos al corazón. Eso nos hace ser el ser y ahí eso no se viste de nada. Todos tenemos un corazoncito y llegamos a escucharlo, unos un poquito más acelerado, otros un poquito menos. Cuando podemos llegar a ese compaz, que se escribe con z, aunque tenga una falta de ortografía, sé que es con s de Sevilla o de Segovia, da igual, y con el acento en la a, pero yo lo he intentado cambiar un poquito, con el respeto a las universidades. Se escribe con z, porque no es con nervio, es con paaaz, que ahí es donde emana la vida. Ese compaz que hay en el corazón. Si llegamos a esa armonía, a ese compaz, es cuando la gente expresan el talento que llevan dentro”, ha explicado.
Para ayudarse y para conectar al vuelo con los mayores, o con otros colectivos con los que habitualmente trabaja como menores o presos, Torombo tira de su propia experiencia, cuando nació con una “disminusvalía”, con los pies para dentro y tuvo que usar zapatos ortopédicos hasta que los pies se pusieron derechos y los pudo cambiar por unos de baile. Su herramienta principal con un maletín del que sale Dori, la amiga desmemoriada de Nemo y más cosas.
Para el artista el taller de hoy es “el verdadero google, porque la búsqueda real está en escuchar a nuestros abuelitos”.