La Fundación Eduardo Gallardo Salguero tiene muy claro quien es el responsable de la demolición de un edificio anexo a su centro justo cuando entraban los usuarios, personas con Alzheimer, deterioro cognitivo y mayores con movilidad reducida.

La Fundación exime de responsabilidades a todos los mandos y responsables tanto del Ministerio de Defensa, Comandancia General, Delegación de Defensa y Área de Patrimonio de Defensa en Ceuta, de los que esta Fundación, aseguran, siempre han recibido un trato “exquisito”. El único culpable, señalan, es “el actual gestor del Área de Patrimonio”. 

“Nuestra denuncia pública se centra únicamente en la figura del responsable de la gestión del área de patrimonio, que ha desatendido nuestras peticiones y ha actuado unilateralmente a la hora de realizar los trabajos de demolición de la vivienda, sin pensar en las consecuencias que ello podía acarrear a personas que forman parte de un colectivo tan sensible y vulnerable como son las personas con Alzheimer, las cuales no van a asistir a nuestro Centro hasta que se finalicen los trabajos de demolición y se pueda garantizar la seguridad física y emocional de nuestros usuarios". 

“Consideramos que esto es un hecho aislado, motivado por la actuación del actual Gestor del Área de Patrimonio. Y por ello, excluimos al resto de instituciones mencionadas anteriormente de lo ocurrido en la jornada del jueves 28 de abril y focalizamos únicamente nuestro malestar tanto en el suboficial a cargo del derribo, que en ningún momento nos facilitó la posibilidad de poder contactar con el Comandante Gestor del Área del Patrimonio, siendo esta la persona en la que descargamos toda la responsabilidad de esta gestión y de la situación desagradable que se ha generado”, precisan, asegurando además que, tras conocerse la denuncia de los hechos han recibido insinuaciones amenazantes. “Así mismo, desde esta Fundación también afirmamos que no vamos a permitir que tras esta denuncia ante los medios de comunicación se hayan efectuado ciertas insinuaciones amenazantes por parte de cierto miembro del área de patrimonio, de que si hacíamos pública nuestra postura podría peligrar la actual concesión que tenemos sobre nuestro centro”.

La Fundación Gallardo lamenta el modo en el que se ha realizado el derribo, con sus usuarios entrando al centro en su horario habitual pero esta vez en medio de una demolición. “No es adecuado ni seguro para un colectivo tan sensible como son las personas que padecen una enfermedad neurodegenerativa, de las cuales, dos tuvieron que ser asistidas por nuestro personal de enfermería, con un estado de agitación por el ruido provocado por los trabajos de demolición, ya que las personas con Alzheimer o demencia se pueden ver alteradas en situaciones como esta, cosa que ocurrió y que se podía haber evitado con colaboración coordinación”. 

El origen de lo ocurrido, según la versión de la Fundación Gallardo, se remonta al 16 de Febrero, cuando tienen conocimiento de que las viviendas colindantes iban a ser derruidas. Ate la noticia, la Fundación envió un escrito al Área de Patrimonio en la que se solicitaba una reunión con los responsables "para poder disponer de información y conocer en qué condiciones se iban a realizar esos derribos y coordinarnos de manera de que la actividad de la Fundación no se viese afectada, ni por los trabajos de demolición, ni por las circunstancias que se pudieran acarrear, esto es, escombros, suciedad, situaciones insalubres o una posible ocupación ilegal de las viviendas”. 

La reunión solicitada, explican, tiene lugar el 12 de Abril y en ella se plantean dos cuestiones. Por un lado, la mencionada coordinación para evitar problemas y, por otro lado, “una posible ampliación de la concesión demanial que actualmente disponemos y corriendo nuestra Fundación con todos los gastos de restauración de las mismas, con intención de ampliar nuestra actividad y crear una Unidad Especializada para la atención de pacientes con ICTUS”. 

El encuentro entre el Área de Patrimonio de Defensa en Ceuta y la Fundación Eduardo Gallardo terminó sin que se decidiera entre derribo o ampliación de la concesión demanial actual. Aunque, a la vista de lo sucedido el jueves sí que s tomó una decisión, aunque no se comunicara a la Fundación Gallardo: “Con una simple llamada de teléfono o una notificación informando con un día de antelación hubiese sido más que suficiente para evitar la situación incómoda y desagradable que se vivió (…) y que se podía haber evitado con colaboración y coordinación”.

Lea aquí el comunicado íntegro: