“Estábamos navegando normalmente y de un momento a otro hemos sentido unos fuertes golpes y se ha movido el barco muchísimo. Enseguida nos dijeron al principio que habíamos chocado contra un barco pequeño, que como hemos visto pequeño no era. Pero nos han estado atendiendo muy bien porque en todo momento nos han proporcionado comida, bebida en ningún momento nos han dejado solos”, ha relatado nada más tomar tierra María Ángeles, una joven pasajera del ‘Millenium II’ que tadará en olvidar, si es que lo hace alguna vez, la noche de este viernes, 13 de enero, en la que venía a Ceuta.

El impacto fue inesperado para la mayor parte del pasaje, que al igual que el capitán no vieron el mercante de 40.000 toneladas que les venía encima imparable y que ha originado una gran tensión este viernes.

“Hemos pasado mucho miedo. Hemos llorado mucho y hemos rezado mucho; hemos rezado porque nos daba mucho miedo. Tenemos una niña pequeñita que viene con nosotros. Es una emoción muy fuerte ponerse un salvavidas. El agobio de los niños chicos llorando, las madres que no sabían que hacer. No había cobertura, las llamadas perdidas y los sustos en Jerez” ha continuado María Ángeles.

Con la emoción en el rostro del que siente que ha salido vivo, María Ángeles, ha revivido para los medios de comunicación el accidente a bordo. La tripulación actuó con rapidez y llamó a la calma. Los pasajeros se tuvieron que poner el chaleco salvavidas y fueron invitados a sentarse al tiempo que se les iba moviendo de un lado a otro del barco en busca de una mayor seguridad.

El final fue feliz, pero entre medias se vivió una gran tensión y los pasajeros vivieron momentos de pánico, en los que el desconcierto y la desinformación alimentaron los temores a una tragedia mayor de la que finalmente fue.

“Lo primero que hicimos fue llamar a nuestras familias. La información al principio la recibíamos desde los familiares que nos llamaban, porque no nos daban noticias, durante las nueve horas al final sí, pero al principio, la primera hora nada de nada. Y no sabíamos si con los salvavidas nos teníamos que tirar al agua, si aquello se iba abrir si iba a entrar una vía de agua… Mucho, mucho miedo”, ha relatado Isabel Vega, una compañera de viaje de María Ángeles.

A la llegada la emoción se notaba, el alivio, la tranquilidad a tanta adrenalina disparada durante las cerca de 9 horas que ha durado la travesía que los anuncios cifran en 35 minutos si todo va bien, justo lo que no ha pasado este viernes.

Y tras la tensión, el humor se abre paso. Otro compañero de María Ángeles e Isabel Vega, Jesús Moreno, lo ha contado así: “Al principio cuando llamábamos a nuestras familias y les decíamos un choque de barcos… ¡Eso no se lo cree nadie! Después nos dejaron salir un poco a cubierta y ya vimos que el barco era tres veces más grande que el nuestro, que al principio nos dijeron que era más pequeño. Entonces ya pude llamar a mi madre y decirle: ‘Mamá, tranquila, que estoy viendo los delfines. No te preocupes”, ha relatado Moreno.

Y con el primer susto pasado, tras el impacto, llegaron como si de un terremoto se tratara nuevas réplicas y más temores. Los intentos por desincrustar el ‘New Glory’ del ‘Millenium II’ sacudían el barco y el ánimo de los pasajeros, subiendo pulsaciones y acelerando de nuevo el miedo.

“Mucha sacudida. Nos hacían pasar de un lado del barco a otro. Nos decían: ‘todos por favor al área tal’ o ‘todos para la proa’. Eran sacudidas continuas y nos avisaban de que íbamos a sufrir una sacudida porque iban a intentar sacarlos… Y así hemos estado horas”, ha recordado Isabel Vega.

Por fin el puerto, la tierra firme, la paz y la calma, pero el domingo... “El domingo tenemos que volver en barco”, ha afirmado un poco acongojada ante la idea María Ángeles.

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ESTADO DEL MILLENIUM II TRAS SU LLEGADA A CEUTA

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